La pandemia nos ha puesto en la tesitura de tener que realizar muchas tareas utilizando medios digitales, desde pedir comida, a teletrabajar, desde estudiar en casa a ser atendidos por el médico con cita telefónica, o desde comprar un libro o un jersey hasta pedir una prestación por desempleo.
Las grandes empresas tecnológicas como Apple, Amazon, Facebook, Google, o Microsoft han disparado sus beneficios durante los meses más duros de la pandemia. Grandes beneficios que vuelven a contrastar con la desigualdad observada en muchos sectores de la sociedad con respecto a su acceso al mundo digital.
Para empezar, desde el punto de vista del empleo, no todos los trabajadores y trabajadoras han podido teletrabajar, no todas las personas tienen los conocimientos y habilidades digitales suficientes para realizar trámites administrativos en la Seguridad Social, en los Servicios de Empleo, en los propios centros de salud.
Hay empleos que exigen presencialidad, pero también hay otros en los que nadie había pensado que algunas de las actividades pudieran ser realizadas online, nadie se ocupó de formar y preparar a las personas para utilizar las nuevas tecnologías, nadie vio la necesidad de invertir en equipos informáticos y medios tecnológicos.