Luis Blázquez, el que fuera Consejero de Economía y Empleo de la Comunidad de Madrid, con Alberto Ruiz Gallardón, ha recibido recientemente el Premio de ASALMA (Agrupación de Sociedades Laborales de Madrid).
Comienza su conferencia de agradecimiento del premio que le conceden hablando de la crisis. De un liberalismo globalizado que mueve cantidades ingentes de dinero sin criterios de desarrollo global. La guerra desencadenada entre los sistemas financieros es tan cutre como todas las guerras. La víctima es el empleo.
No podemos solucionar el problema con solidaridad. Hay que apostar por el empleo. Los pueblos deben doblegar la acción política. Hay que asegurar empleo para cuantos carecen de él.
La actividad económica garantiza la distribución de los bienes. Por eso hay que apostar por empleo en producción y distribución.
Europa necesita un plan de choque por el empleo. En pequeñas empresas. En la economía social. Con apoyo y colaboración pública. Promover las organizaciones de la economía social es esencial. Recursos, tecnología, empleo. La creatividad, la calidad, la innovación son características de la economía social. La solidaridad, cooperación y coordinación son los instrumentos para la supervivencia.
La formación es la herramienta para adaptarse a los cambios.
Propiedad, recursos y trabajo confluyen en la economía social. Es la síntesis perfecta de una empresa.
Ahora bien, necesitamos crédito. Necesitamos recursos y apoyo público. Necesitamos invertir para superar la recesión. No se entendería que la apuesta más firme no fuera el empleo.
Nos hundiremos o nos salvaremos con Europa. La crisis de la orgía financiera debe tener su fin.
Las Administraciones deben cumplir su papel y apoyar a organizaciones de la economía social como ASALMA.
Estas son algunas de las ideas esbozadas por Luis Blázquez. Ideas con la que coincidir o discrepar, pero ideas creíbles porque proceden de una reflexión desde la acción política sobre la economía.
Luis Blázquez empezó de botones en un banco y terminó como ejecutivo. Luego Gallardón lo fichó para su equipo, como Consejero de Economía y Empleo.
He tenido muchas ocasiones de coincidir y discrepar con él. Sonadas discrepancias en su impulso a la libertad de horarios comerciales y días festivos de apertura en las grandes superficies. O como cuando tuvo la ocurrencia de crear 30.000 empleos reinventando los serenos en Madrid.
Acuerdos importantes como la negociación de la Ley de Rentas Mínimas, que convertía en derecho subjetivo el salario social. En la lucha para evitar cierres empresariales y deslocalizaciones de empresas. La búsqueda de inversores empresariales para Madrid. La negociación del Plan Director de Prevención de Riesgos laborales, o los Centros Integrados de Empleo.
Siempre respetó y reconoció Luis Blázquez a la economía social, las cooperativas, los desempleados, el mundo empresarial, los sindicatos. Por ello, cuidó siempre los instrumentos de participación de la sociedad en la política. En Consejo Económico y Social, el Consejo de Promoción económica, el Observatorio industrial o el Consejo Consultivo de la Industria, el Instituto Laboral. Muchos de estos instrumentos han sido eliminados por Esperanza Aguirre, privando a Madrid de espacios para la participación, la negociación y el acuerdo y sustituyendo el diálogo por la imposición.
Hubo un tiempo en el que, a las duras y las maduras, hubo mujeres y hombres, como Luis Blázquez, que sabían que gobernar no es mandar, sino buscar el mejor camino, el camino de todos.
Que tenían criterio y hacían política. Con los que te enfrentabas cuando no había posibilidades de acuerdo. Con los que acordabas cuando llegabas al punto de encuentro entre intereses contrapuestos.
Los trabajadores seguiremos siendo los mismos, con la misma necesidad de mejorar nuestras vidas, mantener unos empleos que queremos estables, decentes. Con la misma voluntad de negociar, dialogar, acordar un reparto justo de la riqueza. Un reparto justo de los sacrificios cuando vienen mal dadas.
Pero es otra la derecha que ha tomado el poder en España. Incapaz de atender al interés general. Volcada en imponer sus intereses de clase, por encima de todo.
No era un angelito Luis Blázquez, pero es como para echarle de menos. Otros vendrán que bueno te harán.
Francisco Javier López Martín
Secretario General CCOO Madrid