EDUCACIÓN CONTRA LA CRISIS

edu1 España va mal. Es estúpido negarlo. Para mantener unida una sociedad hay tres factores esenciales que hay que preservar. El primero el empleo. El segundo la educación. El tercero, la sanidad.

Hay otros factores importantes, pero si estos tres pilares no fallan, la sociedad puede permanecer integrada y cohesionada pese a otros problemas que puedan acosarla. Si estos factores fallan, es muy probable que la fractura social sea insalvable.

España va mal. Cuando la crisis y la corrupción nos atenazan, el empleo se desmorona, la sanidad se privatiza y la educación sufre brutales recortes que amenazan el propio derecho constitucional.

Acabo de conocer el Informe sobre Desigualdades Educativas entre las Regiones de la Unión Europea, que pone de relieve las tremendas diferencias de oportunidades y resultados educativos entre naciones y regiones de la UE.

España y Portugal presentan, en este informe, las tasas más altas de personas con baja cualificación. En cuanto a las tasas de alta cualificación en educación superior, sólo salvamos algunas regiones en el Norte de España, con notables distancias sobre el Sur.

En cuanto a las tasas de alumnos en todos los niveles educativos, no pocas Regiones españolas acaban en mal lugar junto al sureste de Europa, Alemania del Este y, de nuevo, Portugal.

Pese a contar con un buen nivel de cobertura en enseñanza primaria y secundaria obligatoria, pasamos a los últimos lugares cuando hablamos de bachillerato y ciclos formativos de grado superior. De nuevo, en accesibilidad geográfica a la educación superior presentamos los peores resultados. De hecho es España, el país, donde las diferencias entre regiones son mayores en cuanto al tiempo que tiene que dedicar una persona para acceder a la universidad más cercana. Figuramos también entre los países en los que las diferencias regionales son mayores en el porcentaje de alumnos y alumnas en todos los niveles educativos.

A consecuencia de todo ello, el porcentaje de graduados en educación superior presenta, en España, una de las mayores diferencias entre Regiones, en el contexto europeo. De igual forma que las diferencias entre Regiones con un  número de personas con baja cualificación es también de las mayores de Europa.

Los datos son siempre fríos, pero las consecuencias las percibimos día a día. Estas desigualdades impiden un desarrollo económico equilibrado en el conjunto del país. Una situación que explica y alimenta la fuga de cerebros hacia las Regiones más ricas, dentro y fuera de España.

Las soluciones deben ser políticas, hechas a medida, pegadas al terreno.  Pero la Unión Europea, sigue sin comportarse como una unidad política y social, cuando sólo una coordinación de las políticas puede solucionar los problemas.

Las fracturas sociales a las que asistimos tienen una parte de su explicación en la ausencia de una política europea común. La política educativa no está aislada de las políticas económicas, de empleo, de lucha contra la pobreza. La política educativa tiene que cuidar su dimensión social y regional, implicando a los centros, las organizaciones y los gobiernos, pero por sí sola no es suficiente.

Sin un debate europeo sobre modelo económico y social. Sin una política educativa coordinada, que centre el esfuerzo en corregir desigualdades, la fractura educativa aumentará y la fractura social será aún más grave.

La crisis no ayuda, pero la educación no puede ser una de las víctimas propiciatorias que los gobernantes ofrezcan a los dioses del mercado. Muy al contrario, es ahora cuando hay que fortalecer la política educativa, en cada Región, en cada país, desde un esfuerzo coordinado en toda Europa.

Francisco Javier López Martín

Presidente de la Fundación Sindical Ateneo 1º de Mayo

Secretario de Formación Confederal de CCOO

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