La Reforma Laboral ya ha recorrido su primer mes de andadura, si tenemos en cuenta que el mes de febrero sólo fue aplicada durante medio mes. La que fue anunciada como una reforma necesaria para crear empleo empieza a demostrar su inutilidad para alcanzar ese objetivo. El paro ha crecido en Madrid en 4.501 personas más, alcanzando ya 530.875 personas paradas en la Región. Tenemos 48.850 personas paradas más que hace un año.
Son precisamente los jóvenes, con 1.090 parados más y las mujeres, con 2.503 desempleadas más, los que más personas paradas suman en el mes de Marzo. Además el paro crece en todos los sectores, salvo en la construcción, con 174 parados menos. El sector servicios acumula el mayor crecimiento del paro con 3.485 personas paradas más.
La Comunidad de Madrid carece de política de empleo y parece más empeñada en alentar políticas de casino, sembrando sueños inútiles como el de traer las Vegas a Madrid.
La Reforma Laboral impuesta agrava el problema porque facilita el despido, lo abarata y lo convierte en la fórmula preferente para ajustar la economía de las empresas. Convierte a las personas desempleadas en mercancía barata al servicio del empresario, obligando a aceptar cualquier trabajo y en cualquier condición, financiando bonificaciones y costes laborales a los empresarios.
Mientras se amnistía a los defraudadores fiscales, se reducen en 1.500 millones de euros las partidas destinadas a políticas de empleo y, en el caso de Madrid, se suprimen organismos como el Servicio Regional de Empleo.
Son ya 230.000 las personas paradas en la Comunidad de Madrid que carecen de todo tipo de prestación. Personas que merecen otras salidas que el olvido, o el silencio de sus gobernantes.
La Huelga General del 29 de Marzo es también una reivindicación de medias que permitan reactivar la economía, crear empleo estable y de calidad y fortalecer los servicios públicos para asegurar la protección económica y social para las personas que no tienen empleo. Reforzar el Estado Social, asegurando el bienestar de la ciudadanía en tiempos de crisis.
Francisco Javier López Martín