El economista José Manuel Lago ha realizado un análisis cuantificado de los efectos de la reforma laboral sobre el empleo, para la Fundación 1º de Mayo.
Junto a un gobierno incapaz de demostrar que la reforma laboral haya impedido el aumento del paro, encontramos el peregrino argumento de que hemos conseguido evitar una destrucción aún mayor del empleo. A todas luces se trata de un argumento propagandístico indemostrable.
Veamos, en 2009, perdimos un -3,7% de Producto Interior Bruto y 1.211.000 empleos. Sin embargo en 2012, la reforma laboral ha conseguido que con una caída del PIB del -1,4% hayamos perdido 850.000 empleos. Dicho de otra manera, sin reforma laboral perdíamos casi 31.000 empleos por cada décima de PIB pérdida, mientras que en 2012 perdemos casi 61.000 empleos por cada décima de caída del PIB.
Pero si algo vienen a aclararnos los datos es que la reforma laboral ha facilitado la pérdida de empleo estable. Así, con los mismos datos de PIB anteriormente referidos en 2009, perdimos 223.000 empleos con contrato indefinido, mientras que en 2012 perdimos 365.000. Es decir, por cada décima de caída del PIB en 2009, perdimos 6.000 empleos indefinidos, mientras que en 2012, hemos perdido 26.000 empleos por cada décima de PIB, un 435% más.
Además, la reforma laboral ha destrozado el mito de la estabilidad en el empleo público, donde perdimos 38.000 empleos temporales en 2009 y 179.000 en 2012. Por cada décima de caída del PIB, perdíamos algo más de 1000 empleos temporales públicos por 12.786 en 2012.
Tras un año de reforma laboral se ha acelerado la destrucción de empleo asalariado y empleo público, en todos los casos y en todas las categorías. La reforma abarata y facilita el despido. Invita al empresario a despedir a sus trabajadores y trabajadoras, como solución más barata y fácil para abordar sus problemas de actividad económica o de financiación bancaria.
Y sin embargo, mientras no se solucionen los problemas de financiación y se produzca inversión, será imposible superar la crisis.
Ese es el bucle dramático en el que se ha instalado el PP, en las políticas de combate contra la crisis. Obsesión por el déficit público. Incentivar el despido y desincentivar la inversión. Así no hay manera. Recortes sin inversión son la peor de las recetas en estos momentos.
El análisis completo lo puedes encontrar en la página de la Fundación 1º de Mayo. Pocos datos, pero muy claros y demoledores de la propaganda del Gobierno.
Francisco Javier López Martín