Ya tenemos los primeros datos del paro registrado, tras la reforma laboral impuesta por el Gobierno de Mariano Rajoy. No pueden ser más demoledores. 112.269 personas paradas más en España. 14.909 personas paradas más en Madrid, con un crecimiento superior al de la media española. 49.710 personas menos cotizando a la Seguridad Social.
Todo apunta a que la reforma laboral ha sido perfectamente entendida por la clase empresarial de este país, por esos que ahora se esconden tras el eufemismo de “emprendedores”. Han entendido que es más fácil y más barato despedir y se han puesto a hacerlo con renovado interés. Han entendido que para mantener beneficios, ante la ausencia de créditos, inversiones y actividad económica, la receta más a mano es poner en la calle a una parte de sus trabajadores. Beneficios para hoy y cierre empresarial para mañana.
El paro ha crecido en un solo mes, un 2´9% en Madrid, volviendo a superar la ya dramática tasa de crecimiento estatal del 2´4%. Vuelve a crecer entre los hombres y las mujeres. Vuelve a crecer en todos los sectores, aunque más en los servicios, con 11.259 personas paradas más.
Vuelve a contratarse menos que el mes anterior, con 2.003 contratos menos que en el mismo mes del año anterior. Aumentan los contratos temporales y perdemos 6.757 personas afiliadas a la Seguridad Social en Madrid.
Mientras tanto Esperanza Aguirre se entretiene con las manifestaciones sindicales, los proyectos de traer Las Vegas a Madrid, la creación de más Club de Campo y campos de golf por la geografía madrileña, o ampliando los horarios de apertura de comercios, aun a sabiendas de que no por ello se va a vender más. El paro crece, pero ella suprime el Servicio Regional de Empleo y retiene partidas de hasta 220 millones de euros en el pago a empresas que han realizado formación para trabajadores en la Comunidad de Madrid, para poder presentar tasas menores de déficit, aun a costa de poner en riesgo la supervivencia de muchas de esas empresas y sus puestos de trabajo.
Esperanza Aguirre olvida y deja a su suerte a esas 230.000 personas paradas que carecen de todo tipo de ayuda, prestación o subsidio por desempleo en Madrid, mientras se dedica a cantar las bonanzas de una reforma laboral que abarata y facilita el despido y deja a los trabajadores y trabajadoras sin la protección del convenio colectivo. Una reforma que sustituye el derecho del trabajo por el derecho del empresario, dando todo el poder a la empresa para despedir, bajar salarios, bajar categorías profesionales, traslados forzosos, descuelgues del cumplimiento del convenio acordado, o expedientes de regulación de empleo sin control de la autoridad laboral.
El primer problema de España es el paro y la precariedad laboral y la única receta es esta reforma laboral, que el propio Gobierno reconoce que no creará empleo. Una reforma con la que, además, las personas paradas se convierten en mercancía barata al servicio de los empresarios, teniendo que afectar cualquier oferta de empleo, hasta en Laponia y donde las prestaciones por desempleo van a subvencionar los salarios y las bonificaciones fiscales de los empresarios. Que no ayudará ni a las personas desempleadas, ni a las que tienen empleo, que aumentará, como ya vemos, el paro. Que generará desigualdades y empobrecimiento de las familias, el menor consumo y que, en consecuencia, agravará la crisis, la recesión, debilitando el consumo y conduciendo a España a una espiral de crisis, pobreza y conflicto social de imprevisibles consecuencias.
Francisco Javier López Martín