Llega a mis manos un Dictamen del Comité Económico y Social Europeo que invita a la Comisión Europea a estudiar posibilidades de financiación de una Renta Mínima Europea.
La del Comité es una de las cada vez más numerosas voces que reclaman que la lucha contra la pobreza y la exclusión social en Europa, sean algo más que meras declaraciones de objetivos, siempre postergados por los gobiernos nacionales y por las autoridades europeas. De hecho, desde hace más de 20 años el Comité viene reivindicando este tipo de medidas.
La crisis y las insensatas políticas de ajustes y reformas, han incrementado el riesgo de pobreza hasta el punto de que el 24,2% de la población europea, casi 120 millones de personas, se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social. Durante la crisis, todos los indicadores de riesgo han empeorado. Tanto en riesgo de pobreza, en privaciones materiales severas, o en familias en las que el empleo es escaso, o inexistente.
Los pobres son cada vez más pobres y los menores de 18 años, conforman uno de los grupos más expuestos a la pobreza con una tasa de 27,1%, seguidos, en muchos países, de las personas mayores y otros grupos de población vulnerables como las personas con discapacidad, con enfermedades crónicas graves, hogares monoparentales, familias de rentas bajas, inmigrantes, minorías étnicas.
Aparecen nuevas formas de pobreza, como las personas sin hogar, la pobreza energética, la exclusión financiera, el endeudamiento excesivo, la feminización de la pobreza. Nuevas formas de pobreza que incorporan el fenómeno de los trabajadores y trabajadoras pobres, cuya precariedad y bajo salarios vienen a sumarse a los 26,2 millones de personas desempleadas, alcanzando el desempleo juvenil tasas máximas del 23’6%. Desgraciadamente España duplica las medidas europeas en casi todos estos datos desfavorables.
Mientras los programas nacionales de ajustes y reformas se cumplen al milímetro. Mientras las entidades financieras gozan de ayudas incondicionales para sus rescates, los objetivos de la Estrategia Europea 2020, que incorporan una reducción de 20 millones de personas pobres, no se cumplirán y quedarán entre 5 y 8 millones por debajo, suponiendo que la suma de objetivos nacionales se cumpliera rigurosamente.
Hay que reforzar las políticas que permitan impulsar una economía sostenible, que apueste por el empleo y la formación de las personas y los trabajadores y trabajadoras. Y en el mientras tanto, hay que poner en valor elementos sociales de los tratados, Cartas de Derechos, recomendaciones, planes y estrategias de la Unión Europea.
La pobreza tiene hoy muchas y muy variadas dimensiones. Sus efectos sobre la sociedad son demoledores. Incluso económicamente sus consecuencias son desastrosas sobre las rentas disponibles y la demanda. No hay país competitivo compatible con altas tasas de pobreza.
La Unión Europea no puede seguir concentrando todas sus prioridades en las políticas monetarias, de estabilidad presupuestaria, de recortes presupuestarios, de injusticia fiscal.
La implantación de una Renta Mínima se viene reclamando desde hace más de veinte años. Recientemente CCOO hemos presentado una propuesta en este mismo sentido. No es una panacea, ni una solución a la crisis, pero puede contribuir a paliar los efectos sociales de la misma, al dotar a las personas de los recursos mínimos esenciales para la subsistencia, impulsando la demanda interna y provocando un efecto anticíclico que contribuya a superar la crisis.
Europa necesita que todos sus países establezcan una Renta Mínima garantizada para las personas que no pueden acceder a prestaciones derivadas de sus cotizaciones al desempleo, o a la Seguridad Social. Necesitamos una última barrera contra la pobreza que asegure el derecho a una vida digna de las personas y las familias.
Son muchas las organizaciones sindicales, sociales, fuerzas políticas, que reclamamos una Renta Mínima Garantizada, Una demanda que no puede toparse con los silencios de los Gobierno, con la indolencia de los poderosos, con la avaricia de quienes detentan la riqueza.
Francisco Javier López Martín
Secretario de Formación de CCOO