La crisis económica ha pillado desprevenida a la sociedad española, los dirigentes políticos, a los empresarios de este país, a cuantos nos ganamos la vida trabajando cada día. A una ciudadanía que vivíamos el espejismo de crecimiento imparable.
Diferentes expertos y las organizaciones sindicales de UGT y CCOO veníamos planteando que el crecimiento acelerado tenía sus límites. Que se basaba en el consumo interno y en la especulación del suelo y el crecimiento artificial de los precios de la vivienda. Mucha importación, poca exportación. Hubo quien nos contó que ésta era una crisis clásica. Dos o tres años de desaceleración y pérdida de empleo, para volver a la senda del crecimiento. Quién veía alucinaciones de brotes verdes y hasta alguno escuché que afirmaba que estábamos sólo ante un resfriado del sistema financiero internacional.
Pero la crisis llegó, se instaló entre nosotros y las medidas forzadas por la Unión Europea, con Alemania al frente, no hacen sino agravar las cosas. Cuantos más recortes y ajustes se ponen en marcha, menos consumo se produce, más empresas cierran y más paro tenemos.
El último dato en Madrid es de 572.000 personas paradas, lo cual supone más de 4.800 que el mes pasado y más de 52.000 que el año anterior. Lo peor es que el 60 por ciento de estas personas paradas, que se apuntan a las listas del desempleo, carecen de prestaciones, subsidios, ayudas.
Llama la atención la diligencia de nuestros gobernantes para aprobar ayudas de miles de millones a la banca, sin condiciones, mientras se niega el pan y la sal a las personas paradas, se recortan empleos y salarios públicos, se sube el IVA de productos esenciales, o se recortan gastos sociales, educativos o sanitarios, y todo ello reconociendo que se incumplen los compromisos electorales que les llevaron al Gobierno.
Por eso sindicatos de muy diferentes procedencias ideológicas, profesionales y políticas, coincidimos en responder con firmeza, unidad y contundencia a las políticas de recortes laborales y sociales, convocando desde la Cumbre Sindical las Marchas y la concentración del 15 e Septiembre en Madrid. Porque sólo desde la Unidad de los trabajadores y la ciudadanía podemos abrir la senda difícil, pero necesaria, de una salida justa y equilibrada de la crisis, que consoliden el Estado Social y la propia democracia en nuestro país.
Francisco Javier López Martín