Paseaba hace unos días por la Feria del Libro de Madrid. Firmaban ejemplares en las casetas, Almudena Grandes, Carlos Berzosa, Benjamín Prado. Es costumbre que a lo largo de estos paseos, compremos algún libro. Me vino a la cabeza aquel ensayo que leíamos hace ya muchos años, pero que en uno de esos bucles del tiempo, recupera actualidad: El Miedo a la Libertad publicado por Erich Fromm, en 1941, hace ya más de 70 años.
El libro analiza momentos históricos, especialmente el surgimiento del nazismo, en los que el miedo ha jugado contra la libertad.
El miedo se ha convertido, en estos momentos de crisis, en un elemento que parece justificarlo todo. Entregar decenas de miles de millones en euros al sistema bancario, mientras se acepta la lógica de los recortes en la educación pública, desde las escuelas infantiles a las universidades.
La minería española no puede recibir, para el sostenimiento de la vida en las comarcas mineras, ni la milésima parte de lo que recibirán los bancos. El miedo justifica despedir a más de la mitad de la plantilla de Telemadrid, privatizar el agua del Canal, las subidas del transporte público, los despidos baratos, los recortes y copagos sanitarios. La crisis y el miedo alientan la idea falsa de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.
Todo ello juega a favor de la idea de una unidad “nacional”, no sustentada en la negociación y el acuerdo, sino en la imposición de un consenso forzado.
Han aprendido a manejar ideas simples, mentir una y mil veces, cambiar los mensajes con agilidad. Todo al servicio del miedo y de una unidad de los vencidos.
Estas pretensiones, muy elaboradas, que buscan el cambio del modelo social y las relaciones laborales en toda Europa, topan con la resistencia de los pueblos, que salen a la calle, que rechazan ajustes sin inversión, recortes sin empleo, reparto desequilibrado de los sacrificios. Ruptura del modelo de sociedad que protege a las personas.
Los pueblos y sus organizaciones elaboran otras propuestas para afrontar la crisis.
CCOO somos una parte importante de los pueblos, cuando se organizan para defender el empleo y la vida. Por eso vamos a estar en las calles, en la propuesta, en la negociación, si es posible, en la movilización en todo caso.
Los trabajadores y trabajadoras organizados son un poderoso instrumento para combatir el miedo a la libertad. El sindicalismo de clase afronta el duro momento con convicción y firmeza, con unidad y capacidad de organización y movilización intensa.
Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid