La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha celebrado recientemente su Congreso en Atenas. Los sindicatos europeos han convocado una movilización sindical para rechazar las políticas económicas y sociales de la Unión Europea en este momento de crisis.
Eso que se llaman reformas estructurales a las que se condena a los países más débiles de la Unión, entre ellos España junto a Portugal, Grecia o Irlanda, suponen ajustes y recortes presupuestarios tremendamente injustos con la ciudadanía y los trabajadores.
Eso que ellos denominan Pacto por el Euro y Plan de Gobernanza ponen en marcha medidas que no corrigen ni frenan la agresión de los grandes inversores sobre las deudas soberanas, y consiguen una mayor recesión y pérdida de empleo.
Convertir el déficit y la deuda pública en los únicos objetivos, precisamente en el momento más duro de la crisis y pretender alcanzarlos rápidamente, en 2013, sólo producen mayor pobreza y mayores desigualdades. Reducir salarios, congelar pensiones, recortar las inversiones públicas, o las inversiones sociales, aumentar los impuestos indirectos sin obligar a pagar más a los que más tienen, debilitar la capacidad de los trabajadores en la negociación colectiva, en el convenio colectivo, suponen incrementar el sufrimiento de la ciudadanía.
Nunca la Unión Europea había aplicado recetas tan ultraliberales y conservadoras, agrediendo la esencia misma de la Unión, el Estado de Bienestar, imponiendo políticas sociales, salariales y de negociación claramente reaccionarias, invadiendo competencias de los Estados miembros..
La ciudadanía nos alejamos cada día más de las instituciones europeas. Unas instituciones que son cada vez más insolidarias, quebrando la cohesión social y la solidaridad entre los Estados. Nos alejamos por momentos del proyecto de integración económica y política de Europa.
Los sindicatos de trabajadores europeos nos movilizamos, sin dejar de exigir diálogo y negociación de salidas justas a la crisis. Sin embargo topamos con gobiernos sometidos a los dictados de los mercaderes y empresarios dispuestos a recuperar beneficios, en muchos casos especulativos, a costa de apretar el cinturón a los trabajadores. Con una patronal que, atenta a las políticas europeas y a los ajustes en países como Portugal, prefieren destrozar cualquier acuerdo, haciendo fracasar las negociaciones, como ha ocurrido recientemente con la Reforma de la Negociación Colectiva en España.
Hay otras formas de superar esta crisis, cambiando el rumbo erróneo y antisocial de las políticas. Es posible combatir los paraísos fiscales e imponer un impuesto sobre las transacciones financieras. Es posible armonizar los impuestos en toda Europa. Equiparar derechos laborales y sociales. Mantener el gasto público y el gasto social. Invertir en infraestructuras, emitiendo eurobonos, que faciliten la financiación equilibrada de los Estados.
Quienes gobiernan Europa deben trabajar por una Unión más social, que una a los ciudadanos, que preserve la igualdad, que cree empleo decente, con salarios dignos y con protección a las personas sin empleo y en riesgo de pobreza y exclusión.
Por eso el 22 de junio, los trabajadores y trabajadoras españoles celebraremos asambleas, concentraciones y manifestaciones en numerosas ciudades, respondiendo al llamamiento movilizador de la Confederación Europea de Sindicaos en toda Europa.
Es momento de combatir la crisis. Es momento de luchar y defender a la ciudadanía y los trabajadores, frente a quienes pretenden destrozar el modelo social europeo para imponer una salida injusta e insolidaria de la crisis.
Francisco Javier López Martín