La persistencia de la crisis hace que el número de personas paradas aumente. Si a finales de 2007 había 209.000 personas paradas en Madrid, a finales del tercer trimestre de 2010 ya eran más de 545.000 las personas paradas.
Además, el tiempo de permanencia en el desempleo aumenta, hasta el punto de que cuatro de cada diez personas paradas lleva más de un año en situación de desempleo. Eran 42.600 las personas en situación de paro de larga duración, a principios de 2008 y ahora son ya 209.300 las personas que llevan más de un año paradas. Se han multiplicado por cinco en menos de tres años.
No generamos empleo y las personas que caen en el paro permanecen en él cada vez más tiempo. Es cada vez más difícil encontrar trabajo.
El aumento del paro, la falta de empleo, el paro de larga duración, hace que sean cada vez menos las personas que cobran prestaciones por desempleo, lo cual contribuye a aumentar el riesgo de exclusión social en la Región. En lo que va de año los beneficiarios de prestaciones contributivas por desempleo han disminuido en 31.500 personas. Tomando en cuenta la Encuesta de Población Activa (EPA), casi 250.000 personas se encuentran paradas y no perciben ningún tipo de prestación. Así, el gasto medio mensual en prestaciones por desempleo en Diciembre de 2010, supone 30 millones de euros menos que en Enero. Y esto, tan sólo en la Comunidad de Madrid.
Pese a la reducción del gasto en desempleo, de los beneficiarios de prestaciones y el aumento del número de personas que carece de todo tipo de prestación, el Gobierno de España retira el Programa de Protección por desempleo e inserción (PRODI). Los famosos 426 Euros de ayuda, durante seis meses, para personas desempleadas que hayan agotado la prestación o el subsidio.
El mismo gobierno que justificó el PRODI como “necesario, urgente, e inaplazable para ampliar la cobertura de la protección para aquellos trabajadores que han agotado su prestación por desempleo, para impedir o mitigar el riesgo de exclusión social”. Donde dije digo, digo Diego y santas pascuas. La situación no ha hecho sino empeorar y, sin embargo, el PRODi ahora no vale.
Por esta vía, en Madrid, las personas sin prestación alguna pueden aumentar en 100.000 durante el próximo año. Es el fruto de cerrar los oídos al clamor de las calles, cerrar los ojos a los problemas del pueblo y escuchar tan sólo a las 37 grandes empresas y fortunas del país, a los que se les prometen nuevas rebajas fiscales y participación en el negocio de privatizar aeropuertos o loterías.
Claro que el gobierno Aguirre no va a la zaga en Madrid. Más rebajas fiscales a las actas rentas, más privatizaciones servidas en bandeja a la corte milagresa y aduladora de bandoleros oportunistas y recortes de más de 34 millones de euros en la Consejería de Empleo. Menos personal, menos programas, menos medidas de empleo para la población madrileña golpeada por el paro.
La indignación crece. La credibilidad de nuestros políticos anda por los suelos. La crisis avanza imparable y es ahora cuando los gobernantes tienen la obligación de apostar por las gentes, por los golpeados por la crisis, compartiendo, repartiendo y equilibrando los esfuerzos para superar el atolladero. Concitando acuerdos y suma de voluntades. Algo que Aguirre nunca ha entendido y que Zapatero se esfuerza en olvidar cada día. El trágala tiene un límite y ese límite ya se ha traspasado.
Francisco Javier López Martín