El Gobierno anunció en Febrero de 2009 el retraso de la edad de jubilación a 67 años. La movilización sindical, en manifestaciones por toda España, consiguió parar el golpe… de momento. El Plan de Austeridad podría esperar en esta materia. Pero lo peor estaba por llegar. En mayo el Gobierno acomete un Plan de Ajuste en toda regla, ante la presión de los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea. Y ahí ardió Troya: recorte de inversiones, congelación de pensiones, reducción del sueldo de los empleados públicos. Luego vino al Reforma Laboral impuesta y la Huelga General del 29-S. Y un cambio de Gobierno y en diciembre nuevos recortes como el anuncio de la pérdida de los 426 euros de ayuda para los parados sin prestación.La privatización de aeropuertos y loterías. La bajada de impuestos empresariales. La intervención gubernamental en la Reforma de la Negociación Colectiva y la jubilación a los 67 años. Nuevas manifestaciones por toda España el 18 de Diciembre.
Sin embargo el coste del Gobierno Zapatero, en pérdida de apoyo de su cantera de electores, es notoria y brutal. El coste de la Huelga del 29-S y las movilizaciones sindicales no es asumible para un partido con citas electorales inmediatas. Los MAFOS, desde el Banco de España y las Salagado desde Economía, están tirando por la borda el tesoro electoral a manos llenas. La “responsabilidad histórica” que parece imbuir a Zapatero tiene un límite terrenal e inmediato, de un partido en quiebra técnica.
Son los sindicatos los que plantean un esfuerzo negociador sobre los temas en conflicto: Reforma Laboral, Pensiones, Negociación Colectiva, protección a los parados. Una negociación desarrollada a lo largo del mes de Enero, procurando que las filtraciones, inevitables, a los medios, no den al traste con la negociación.
Uno de los resultados es el Acuerdo de Pensiones. Frente a la pretensión de imponer una jubilación generalizada y obligatoria a los 67 años, se ha negociado una fórmula de “jubilación flexible”, abriendo un abanico de edades de jubilación que va desde los menos de 61 años, con 15 de cotización, para trabajos penosos, tóxicos, peligrosos o personas con discapacidad, a la jubilación anticipada con 61 años por pérdida de empleo a causa de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), o despidos por causas económicas de la empresa.
Mantiene la jubilación parcial a partir de 61, manteniendo los compromisos de cotización por ambos trabajadores, relevista y relevado. Estableciendo la jubilación anticipada a partir de 63, bajando el coeficiente reductor al 7,5 por ciento por cada año que falte hasta la edad de jubilación que hubiera correspondido.
Jubilación a los 65 y 66 con 38,5 años cotizados con derecho al 100 por ciento de la base reguladora de la pensión y a los 67. Con 15 años trabajados se sigue accediendo al 50 por ciento de la base reguladora, alcanzando el 100 por ciento con 37 años cotizados.
Los que quieran jubilarse por encima de los 65 ó 67 años verán mejorada su pensión entre un 2 y un 4 por ciento, por año trabajado, según su carrera de cotización.
Se introducen elementos importantes de ampliación de la jubilación anticipada para trabajo penosos, el mantenimiento de la jubilación parcial, la mejora de los incentivos para el retraso voluntario de la edad de jubilación, manteniéndose el periodo de carencia mínimo para jubilarse en 15 años.
No hemos conseguido todos los objetivos, ciertamente, pero el resultado está muy lejos de la pretensión de ahorrar gastos por el método de ampliar a 67 años la edad de jubilación para todos y obligatoriamente. También es cierto.
Francisco Javier López Martín