Mañana yo voto
Debo reconocer que pensando en mañana mi primera intención sería no votar. Creo que en esto coincido con otras muchas personas que vemos cómo la politica se degrada hasta convertirse en el juguete manoseado con el que unos pocos espabilados se ganan la vida desde chiquititos.
A veces pienso que algunos prefieren vivir bien en la oposición antes que arriesgarse a tener que dimitir tras gobernar con escasos conocimientos, sobrada soberbia y carencia absoluta de buen criterio.
Estamos en jornadas de reflexión y de votación y no alentaré ni pediré el voto. Vote cada cual a quien quiera.Yo, por mi parte y pese a todo lo dicho hasta ahora, votaré. Votaré por los ancianos que murieron en las residencias durante la pandemia, los que murieron sin respiradores a su alcance, o en hospitales con ucis sobresaturadas.
Votaré por quienes, como mi madre, no pudieron hacerlo durante décadas. Cuando llegó la democracia, comenzaron a votar y nunca dejaron de hacerlo, con todo el escepticismo, pero con toda la maravillosa ingenuidad e ilusión desbocada de un niño en cada cosa que emprende.
Ellos se han ido y yo se lo debo. Yo votaré.