22 JUNIO 2011
Compañeras y compañeros,
Hace ya casi cuatro años que el sistema financiero y económico internacional estalló en pedazos.
Tan sólo en Madrid hemos perdido 211.000 puestos de trabajo en esta crisis y el paro ha crecido hasta las 522.000 personas. Trabajadores de la construcción y la industria fundamentalmente, pero ahora también trabajadoras de los servicios. 300.000 acabarán el año sin protección alguna frente al desempleo.
Mientras esto ocurría, los Gobiernos europeos han caído en la trampa del déficit público, la deuda soberana, el riesgopaís, las agencias de calificación y los inversores internacionales, que han creado mecanismos para obtener gigantescos beneficios especulativos hundiendo a países como Irlanda, Grecia, Portugal, Italia o España. Metidos en esa trampa, los gobiernos europeos han condenado a la parálisis inversora, al ajuste presupuestario, al recorte del gasto social, al paro, a estos países.
Han agudizado nuestros problemas, amenaza tras amenaza, rescate tras rescate. Han endurecido nuestras condiciones de vida y arruinado la calidad de nuestro trabajo.
Vosotras y vosotros, compañeras y compañeros, os habéis enfrentado a cada golpe. A cada cierre empresarial, cada traslado de una empresa, cada Expediente de Regulación de Empleo, cada proceso congresual, cada convenio colectivo, cada impago de nóminas. Desde Aircoment, a CNN+, desde Power Point, hasta Rumasa, desde Metro de Madrid hasta la ayuda a domicilio, o los hoteles, desde la huelga de empleados públicos y contra la congelación de las pensiones hasta la Huelga General contra la Reforma Laboral. Desde la empresa más pequeña hasta Correos, RENFE o Telefónica.
Vosotras y vosotros habéis merecido unas pocas líneas en los periódicos y, muy pocos segundos en las televisiones. Miles de conflictos, centenares de manifestaciones, duras huelgas, despachadas lacónicamente, cuando no ignoradas sistemáticamente. Calumniados por gobiernos como el de Aguirre y su Telemadrid y por tertulianos a sueldo.
Aquí estáis, de nuevo alzados del suelo, a la manera de Saramago. Reclamando con los trabajadores de toda Europa una salida justa de la crisis. Miles de trabajadores europeos ayer. Miles de trabajadores y trabajadores en España hoy reclamamos inversiones para defender el empleo, protección a las personas desempleadas, calidad de los servicios públicos para combatir las fracturas de la crisis.
Reclamamos reformas fiscales contra la evasión de impuestos, la economía sumergida, los paraísos fiscales. Reformas de un sistema financiero que niega el crédito al que lo necesita y que nos arrebata el derecho constitucional a una vivienda.
Reclamamos una política honesta, honrada, vetada para los corruptos, libre ante las presiones de los mercaderes, los banqueros, los grandes inversores y pegada a las necesidades de la ciudadanía. Reclamamos la regeneración democrática que haga posible que los ciudadanos y los trabajadores confiemos en buenos gobiernos.
Alzados del suelo contra las decisiones de una Unión Europea que suponen más pobreza, más precariedad laboral, menos derechos colectivos en las empresas.
Debilitar el empleo, debilitar la protección, instalarnos en la crisis empobrecer a los trabajadores y la ciudadanía.
Venimos de años duros y vamos años aún más negros. Años de los que sólo podemos salir con una ciudadanía europea fortalecida, si combatimos la barbarie que reclaman personajes como Arturo Fernández que, después de actuar como ariete patronal contra el Acuerdo de Negociación Colectiva, plantea ayer mismo nuevas agresiones laborales con contratos de despido libre y barato. A los políticos los elige el pueblo. A vosotras y vosotros millones de trabajadores. No hay elecciones empresariales. Por eso Arturo NO NOS REPRESENTA, ES EVIDENTE, PERO TAMPOCO A LOS EMPRESARIOS. ¿A QUIEN REPRESENTA?
Sólo podemos salir fortaleciendo la unidad de los trabajadores, la Unidad de Acción, nuestras raíces en las empresas, nuestros vínculos con la sociedad y la unidad sindical europea, la Confederación Europea de Sindicatos.
Los trabajadores griegos, portugueses, italianos, irlandeses, belgas, o franceses. Los trabajadores europeos no estamos solos tras cada frontera, cuando los capitales no tienen fronteras. No queremos que separen a los jóvenes de los mayores, las mujeres de los hombres, los que trabajan de los parados, los autóctonos de los extranjeros, los asalariados de los autónomos. No queremos estar solos y aislados.
No nos basta con sentirnos indignados y demostrarlo. Estamos organizados, vamos a luchas. Y vamos aganar la guerra contra la crisis, el paro la precariedad la degradación política y social.
Adelante, Viva UGT, Viva CCOO, Viva la Confederación Europea de Sindicatos. Viva la lucha de los trabajadores.
Francisco Javier López Martín