Los jóvenes madrileños mantienen las tasas más bajas de ocupación y las tasas más altas de paro. La tasa de ocupación de los jóvenes menores de 25 años se encuentra en el 24 por ciento y su tasa de paro es del 43,6 por ciento. Hace tan sólo un año su tasa de ocupación era cuatro puntos mayor y su tasa de paro cuatro puntos menor.
La tasa de paro de nuestros jóvenes es 25 puntos porcentuales más que la media de la Región. Pero si tomamos en cuenta a los jóvenes de entre 16 y 19 años la tasa de paro llega al 72,5 por ciento.
Nuestros políticos presumen de los altos niveles formativos de nuestros jóvenes, pero nuestros empresarios se han empeñado en condenarlos al paro y la precariedad a nuestros jóvenes, para los cuales la emancipación y un proyecto personal de vida se convierten en misión imposible.
La Reforma Laboral, en sí misma, es un ataque en la línea de flotación de la convivencia democrática. Una ruptura en toda regla del pacto que dio origen a la Constitución Española. Sustituye los derechos laborales que conquistamos entonces por la dictadura del empresario.
Supone un terrible golpe a nuestro modelo social y del bienestar.
Si precarios eran los empleos para jóvenes, ahora sus despidos son gratis con esos nuevos contratos con periodo de prueba de un año. Su salario, su jornada, su horario, su categoría profesional, su lugar de trabajo y su puesto de trabajo, pueden ser modificados unilateralmente por el empresario, al margen del convenio colectivo.
Podrán “disfrutar” de contratos de “formación” hasta los 33 años, con menores derechos.
Si mal lo tienen nuestros jóvenes para encontrar un empleo y mantenerse en el, aún más difícil será a partir de la Reforma Laboral, que no creará empleo y que permitirá despedir libre y barato, para contratar mano de obra en condiciones de esclavitud.
Y es que estos ultraliberales que tanto claman contra el castrismo cubano, tienen en China su modelo político, económico y social de cabecera.
La juventud madrileña y española, ha luchado por su futuro este 29 de Marzo, parando las empresas y ocupando las calles en la Huelga General.
Francisco Javier López Martín