LA INDIGNACIÓN DE LOS JUBILADOS


Nuestros mayores sufren como el primero los efectos de la crisis. Ante los embates de eso que se denomina los mercados, las amenazas de rescate y las exigencias de ajustes de la Unión Europea, el gobierno de Zapatero no tuvo mejor idea que reducir las inversiones públicas, rebajar el salario de los empleados públicos y congelar las pensiones de nuestros mayores. Una congelación que, en un momento de subida de la inflación, supone un retroceso en el poder adquisitivo de nuestros pensionistas.

Hay que tomar en cuenta que la mitad de nuestras pensiones (5 millones) se encuentran por debajo del Salario Mínimo Interprofesional, y que el 75 por ciento de los pensionistas, no llega a los 1.000 euros mensuales. Las mujeres pensionistas cobran una media de 250 euros menos al mes que los hombres, porque sus salarios han sido más bajos y sus carreras profesionales más cortas.

La inmensa mayoría de las pensiones de viudedad no llega a los 600 euros. La congelación de las pensiones ha afectado al 78 por ciento de las pensiones de los madrileños y las pensiones mínimas han crecido un ridículo 1 por ciento.

Nuestros vecinos del Norte, los franceses perciben pensiones medias de 2.000 euros. Mientras se dedican cantidades desorbitadas para salvar a bancos y grandes empresas, que recuperan beneficios y mantienen altos salarios, primas y pensiones para sus ejecutivos, los pensionistas pagan duramente los efectos de la crisis.

Si a esta penosa situación le añadimos que Comunidades Autónomas como la madrileña, torpedean, la aplicación de la Ley de Dependencia retrasando el reconocimiento de prestaciones o ayudas entre 18 y 24 meses, podemos concluir que la vida de nuestros mayores es dura y sacrificada.

El Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid publicaba el pasado 13 de Enero los nombres de 3.200 solicitantes fallecidos, a los que se les comunicaba el final de la tramitación de su ayuda. Cerca de 700 de ellos habían iniciado su solicitud hace más de tres años.

Para más inri, arrecian los ataques contra el sistema sanitario y se recortan los recursos para los servicios sociales, que son esenciales para nuestros mayores.

Por eso los Pensionistas y Jubilados de CCOO han iniciado una campaña para exigir al Gobierno Central y al Gobierno Regional la inmediata revalorización de las pensiones congeladas. El desarrollo pleno de la Ley de Dependencia, creando plazas residenciales y en centros de día. Sostenimiento de un sistema sanitario público, frenando las privatizaciones y cerrando las puertas al copago, o mejor, al re-pago sanitario. Reforzamiento de los servicios sociales, evitando el debilitamiento y deterioro del mismo en nuestros ayuntamientos.

Nuestros mayores vienen de vidas muy duras, condiciones de trabajo penosas, sacrificios y penalidades.

La crisis no puede ser la disculpa para que las mejoras conseguidas desde el inicio de nuestra trayectoria democrática sean laminadas sin demanda alguna. Un Gobierno de España, aterrorizado por la crisis y un Gobierno de Madrid, entregado a la deconstrucción del Estado de Bienestar, no pueden perpetrar este atropello impunemente. Por eso nuestros mayores, legítimamente indignados y organizados, van a luchar por sus derechos.

Francisco Javier López Martín

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