MADRID ANTE EL FRACASO ESCOLAR DE AGUIRRE.


En el año 2000 Madrid se hacía cargo de las competencias de enseñanza transferidas desde el Gobierno Central a la Comunidad Autónoma. Basta contemplar los datos para comprobar que en Madrid hay menos educación y peor educación.

A los 3 años, el 95,3 por ciento de los niños y niñas estaban escolarizados en el curso 2000-2001 frente al 89,7 por ciento en España. Al acabar el curso 2008-2009, Madrid ha caído al 90 por ciento de escolarización, mientras que en España el 98 por ciento de los alumnos de 3 años estaba escolarizado.

El proceso de privatización agudizado por los Gobiernos de Aguirre ha hecho que entre 2000-2009 la tasa de escolarización en la enseñanza pública haya pasado del 57,2 por ciento al 53,7 por ciento. Mientras que la tasa de escolarización en la enseñanza pública española se ha mantenido por encima del 67 por ciento.

Hasta ahora hablamos de cantidad, pero si miramos los dineros, Madrid figura a la cola de España, dedicando un 2,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) Regional, mientras que la media española se encuentra en el 4,5 por ciento. La consecuencia es clara, Madrid gasta 4.867 euros por alumno, frente a los 5.539 de España y los 7.151 que dedica el País Vasco, el de mayor gasto educativo por alumno.

En Madrid tenemos un ordenador para cada 8,1 alumnos, frente a un ordenador por cada 5,3 alumnos de media española, o uno para cada dos alumnos en Extremadura.

Con estos datos no es extraño que la tasa de repetición, ya en 6º de Primaria, sea superior a la española, mientras que el abandono educativo temprano afecta a uno de cada cuatro alumnos y alumnas. Es decir un 26,3 por ciento de los jóvenes entre 18 y 24 años no consigue terminar la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). Hasta la instalación de centros bilingües se realiza con criterios de renta. Donde hay mayores niveles de renta, como el Norte y Oeste de Madrid, hay también más centros bilingües y menos en el Sur y el Este de la Región, en relación al número de centros de cada zona.

Las Universidades pierden presupuesto y gasto universitario. La investigación cae brutalmente en sus recursos, mientras los alumnos crecen y las necesidades de investigación también. La Comunidad cumple escasamente el 12,9 por ciento de sus compromisos de inversión firmados con los Rectores Madrileños.

Sin educación no hay competitividad ni futuro. No hay salida a la crisis, no hay mejoras de productividad. Nos jugamos mucho en el fortalecimiento de la educación madrileña. Nos jugamos el Madrid que seremos. El panorama que deja tras de sí Esperanza Aguirre es desolador. Aún así, pase lo que pase el 22 de Mayo, los trabajadores y trabajadoras madrileños seguiremos defendiendo una enseñanza pública, gratuita y de calidad.

Francisco Javier López Martín

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