MANUELA CARMENA, BEGOÑA SAN JOSÉ, PILAR BARDEM

Hay quien piensa que no hay que agradecer que alguien haga lo que tiene que hacer. Sin embargo soy de los que creo que es bueno agradecer, porque al igual que el sentido común es el menos común de los sentidos, vivimos en un país en el que no abundan aquellos que hacen lo que se tiene que hacer.

Seguimos respondiendo bien a la caracterización que Gil de Biedma realiza de nuestra España en su epigrama De Vita Beata:

En un viejo país ineficiente,
algo así como España entre dos guerras
civiles, en un pueblo junto al mar,
poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas,
y vivir como un noble arruinado
entre las ruinas de mi inteligencia.

Cuando leo este poema viene a mi cabeza Lola González Ruiz, y Alejandro Ruiz Huerta, los dos sobrevivientes del asesinato de los abogados de Atocha que quedan entre nosotros, buscando refugios para que la memoria sea menos dolorosa.

No es éste país para viejos, ni para jóvenes, ni para inmigrantes, ni para mujeres. País de justicia lenta, e injusticias pertinaces, que a fuerza de lenta ya no es justicia.

No todo en España es así. Es cierto que hay gentes de una España que nos consuela. Una España que reivindica Luís Cernuda:

La real para ti no es España obscena y deprimente
en la que regentea hoy la canalla
sino esta España viva y siempre noble
que Galdós en sus libros ha creado.
De aquélla nos consuela y cura ésta …..

De esta España forman parte mujeres como Manuela Carmena, Begoña San José, Pilar Bardem, Cristina Almeida, Lola González Ruiz, María Luisa Suárez.

La Fundación Abogados de Atocha ha querido conceder un reconocimiento a las tres primeras, en las inmediaciones del 8 de Marzo. Me ha tocado hacer la entrega del mismo a Pilar Bardem. Una Pilar que se negó a ser la mujer que protagonizara Esa pareja feliz, que en el franquismo solía terminar como Bienvenido Mr. Marshall y, en el peor de los casos, como Siete días de enero, películas dirigidas por su hermano Juan Antonio Bardem.

Una mujer que sí quiso representar la voluntad de ser, existir, sobrevivir. La voluntad de que alguien hable de nosotras aunque no hayamos muerto.

La Fundación Abogados de Atocha realiza un nuevo ejercicio de reivindicación y memoria de estas tres mujeres, Manuela, Begoña, Pilar, porque la memoria de los Abogados de Atocha es memoria viva.

Son muy pocas las personas que han sido elegidas para poseer la placa en la que Juan Genovés plasmó el cuado de El Abrazo, que expresa el reconocimiento de la Fundación. Marcelino Camacho, Joaquín Ruiz Jiménez, los Militares de la UMD, el colectivo de Abogados Saharauis, María Luisa Suárez, las mujeres de los presos del franquismo.

Entregamos estos reconocimientos por ellas, por nosotros y sobre todo para que muchas mujeres jóvenes ansíen, gracias a ellas, merecer esta placa.

Termino con un poema que Vicente Gisbert, a través de Jorge Bosso, me hace llegar para reste homenaje.

Hija y madre de actores, con reflejos
en la escena mundial más luminosa,
siempre está en la vanguardia jubilosa
contra infamias y oprobios, sin complejos.

La insultan los fascistas (¡desde lejos…¡)
con más saña que a nadie, en verso y prosa,
pero emerge Pilar, como una rosa,
sobre escoria y estiércol de pendejos.

Su estirpe centenaria, incandescente,
forja el arte en la fragua desbordante
del oro de su casta refulgente.

Más, si una lección deja, es su constante
defensa de la paz, omnipresente
en su vida y su rol de comediante.

Francisco Javier López Martín

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