SINDICALISTAS LATINOAMERICANOS EN MADRID

muñiz zapicoLa Escuela Sindical Juan Muñiz Zapico de CCOO recibe esta semana a un grupo de 22 sindicalistas latinoamericanos seleccionados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Han pasado dos semanas en el Centro Internacional de Formación de la OIT en Turín y llegan a Madrid para formarse en materia de Salud y Seguridad en el Trabajo.

A lo largo de una semana podrán contrastar, debatir, intercambiar información y conocimientos sobre acción sindical en la prevención de riesgos laborales, exposición a sustancias tóxicas, evaluación de riesgos psicosociales, papel de los comités de empresa europeos, ergonomía. Todos aquellos temas que preocupan a los trabajadores en ambas orillas del Atlántico.

Cuando he tenido que dirigirme a ellos, llegados desde todos los rincones de América Latina, no he podido dejar de lado los momentos que han vivido junto a gentes venidas de más allá del océano y de las que me he sentido más compatriota que de algunos personajes nacidos en mi propio país.

Momentos junto a Rigoberta Menchú, para colaborar en el procedimiento abierto en la Audiencia Nacional contra los militares en el gobierno de Guatemala, que pusieron en marcha el genocidio de las poblaciones indígenas.

Un proceso que hoy retoma la Fiscalía General de Guatemala, contra el dictador genocida Rios Montt y sus secuaces.

Hace un año esa Fiscalía General de Guatemala, encabezada por la fiscal Claudia Paz y Paz recibía el Premio Abogados de Atocha.

Memoria de los momentos vividos junto a Tarso Genro, el abogado laboralista brasileño, miembro del Partido de los Trabajadores, antes de ser Ministro de Educación, luego de Relaciones Institucionales, Ministro de Justicia en los gobiernos de Lula da Silva y ahora gobernador de Rio Grande do Sul. Han decidido impulsar del Foro Social de Porto Alegre.

La entrevista con Evo Morales, de paso por Madrid, camino de otras capitales europeas, cuando era el líder cocalero de los trabajadores de la coca bolivianos.

Una larga y dura lucha que le llevó, finalmente a la Presidencia de Bolivia.

Las charlas con mi amigo argentino Indio Juan, el rapsoda, poeta que puso su voz en la Cantata de Santa María de Iquique, junto al grupo Quilapayún. Uno de los más sinceros y hermosos homenajes al pueblo chileno, aplastado en sus deseos de libertad, por el mazazo del ejército pinochetista.

El Indio exiliado que encontró aquí el amor y entre nosotros murió, cediéndonos sus últimas palabras públicas como prólogo de mi poemario La Tierra de los Nadie.

Momentos junto a la Senadora Piedad Córdoba, incansable luchadora por la Paz en Colombia, pese al continuo desencadenamiento de la violencia de la guerrilla, los paramilitares, el ejército, contra la población civil.

Memoria del Homenaje que el pueblo de Madrid rindió a Hugo Chávez, de visita en España, en el encuentro mantenido en el Auditorio Marcelino Camacho de CCOO. La larga espera, el salón hasta arriba, las palabras apasionadas de un Hugo Chávez que conectó desde sus primeras palabras con los asistentes. De él conservo una corbata que cacé al vuelo cuando la arrojó al público.

Recuerdo también de los terribles momentos vividos junto a los ecuatorianos en Madrid, tras los atentados de la T-4 de Barajas, que acabaron con la vida de Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate. La impresionante manifestación por la Paz, la libertad y contra el terrorismo que organizamos juntos y los lazos que ya nunca hemos roto.

Nuestra alegría por el triunfo de Rafael Correa y las esperanzas de todo un pueblo desencadenadas.

Sentado frente a ellos, no puedo más que constatar que la solidaridad de los pueblos trabajadores es siempre de ida y vuelta. Ellos nos acogieron cuando tuvimos que huir de España tras la Guerra Civil.

El mismo exilio que acogimos cuando las dictaduras militares hicieron caer, como piezas de dominó, las democracias en Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia y así, país tras país, hasta Centroamérica.

El camino de la solidaridad y la cooperación, cuando el crecimiento económico, parecía imparable. Ese “milagro español” tan inestable como efímero.

Y hoy, cuando el destrozo económico y social español es inabarcable, el crecimiento económico en Latinoamérica revitaliza la lucha sindical por el reparto justo de la riqueza.

El diálogo es no sólo necesario, sino inevitable, porque los valores del trabajo, los principios del sindicalismo, tienen hoy sus fronteras abiertas a ambos lados del Atlántico y América Latina se ha convertido en un motor que impulsa la lucha por los derechos y la libertad. En el continente americano se juega hoy buena parte del futuro de la clase trabajadora y sus organizaciones sindicales.

Francisco Javier López Martín
Presidente Fundación Sindical Ateneo 1º de Mayo
Secretario de Formación CCOO

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