8 DE MARZO: LA DISCRIMINACIÓN QUE NO CESA

 

Un año más CCOO de Madrid presenta su Informe Anual sobre la mujer trabajadora, en las inmediaciones del 8 de Marzo. Es lamentable que, año tras año, tengamos que comprobar que la economía madrileña, nuestro tejido empresarial, su forma de entender la empresa y el empleo, conduce a las mujeres a tener menos trabajo, peor pagado, más temporal y precario, que los hombres. Un empleo peor, que significa un paro con menos protección y, en el futuro, pensiones mucho peores.

El 72 por ciento de los hombres trabaja o está en el paro, mientras que la tasa de actividad de las mujeres del 59,1 por ciento. 13 puntos porcentuales menos que los hombres.

Una cosa es los que quieren trabajar y otra los que trabajan. También en este caso, el 61 por ciento de los hombres está ocupado, por únicamente el 49,5 por ciento de las mujeres.

No sólo es que, siendo más de la mitad de la población de la Comunidad, la mujer trabaje menos. La mujer soporta mayoritariamente los contratos a tiempo parcial. De hecho el 75 por ciento de estos contratos son para mujeres. Incluso cuando el trabajador o trabajadora opta o se ve obligado a trabajar por cuenta propia, como autónomo, las diferencias aparecen, hasta el punto de que el 62 por ciento son hombres y el 32 por ciento mujeres.

La mujer tiene menos puestos de trabajo. Su empleo es más temporal y precario. Y gana menos. El salario medio de una mujer es 7.965 euros inferior al de un hombre. Es decir, un hombre gana más de un 60 por ciento más que una mujer como media en Madrid. La mayor diferencia salarial de toda España.

Cuando la crisis comenzó, lo hizo por el sector de la construcción, alcanzando pronto a la industria y, en menor medida al empleo en los servicios. Cuanto más dura la crisis, más debilita a los servicios. Por eso, a lo largo de 2010, de las 43.500 personas que engrosaron las listas del paro, 30.900 eran mujeres. El 71 por ciento de las personas que ingresaron en el desempleo en Madrid el año pasado eran mujeres.

Además, al cobrar menos que los hombres, sus prestaciones por desempleo también son inferiores. Una situación que se agrava si tomamos en cuenta que el paro de larga duración es femenino, con un 65 por ciento mujeres frente a un 35 por ciento de hombres.

Las mujeres son el mejor ejemplo de que el verdadero problema de las pensiones no es a qué edad te jubilas, sino la calidad y estabilidad del empleo que tienes. Con menos empleo, más temporal, peor pagado, con más periodos de paro, más contratos a tiempo parcial, es imposible sumar años cotizados y alcanzar una pensión digna. La media de la pensión de una mujer en Madrid es de 617 euros. La de un hombre, de 1.040 euros. Porque la pensión es el resultado final de años cotizados y cuantía cotizada. La mujer tiene menos empleo, de peor calidad, con menos prestaciones si queda parada y con prensiones más bajas cuando alcanza la edad de jubilación.

Si la economía y los empresarios producen este desastre sexista, la política debería tener la misión de corregirlo. Sin embargo el gobierno Regional madrileño dedica cada año menos recursos a Políticas de Igualdad. Para 2011, 6,6 millones de euros menos, que significan menos formación y empleo, menos lucha contra la violencia de género, menos ayudas a los Ayuntamientos para promover la igualdad de género, menos organizaciones de mujeres que reciban ayudas autonómicas.

Además el Gobierno Regional no quiere testigos de sus recortes. No tolera bien las críticas. Ha decidido suprimir el Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid, el organismo de participación de las organizaciones de mujeres en las políticas públicas. Las organizaciones de mujeres acaban de constituir una Plataforma de Organizaciones de mujeres para combatir la ley mordaza que pretende erradicar la participación ciudadana en nuestra Comunidad.

Lejos de reforzar las políticas públicas de cohesión social, en tiempos de crisis, los recortes de gastos amenazan con aumentar las desigualdades. El 8 de Marzo, más que nunca, recupera su carácter reivindicativo y la lucha por la igualdad económica, política, social y democrática de las mujeres madrileñas.

Francisco Javier López Martín

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