Tras tres largos años de crisis económica, sin tregua alguna, Madrid ha perdido 212.000. empleos netos. Nuestra tasa de personas ocupadas ha retrocedido en -5´5%, hasta situarse en el 54´3%, que en el caso de las mujeres no llega al 49%. Mientras que hemos visto crecer el paro en 313.000 personas, hasta superar las 522.000.
La crisis comenzó en un sistema financiero especulativo y se llevó por delante el sector de la construcción, que ha perdido 122.000. empleos, casi el 40% de todo su empleo en Madrid. El desplome de la construcción afectó a la industria, que ha perdido 75.000. empleos, mientras que los servicios mantuvieron su nivel de ocupación. Aunque muy pequeño, el sector agrario ha perdido en Madrid el 75% de su empleo, pasando de 21.000. trabajadores a poco más de 5.000. El impacto de la crisis sobre la construcción y la industria ha determinado el mayor crecimiento del paro masculino en la Región, con 176.000. trabajadores y casi 36.000. trabajadoras menos. La gran mayoría de los empleos femeninos se ha perdido en el primer trimestre de este año, cuando la crisis ha comenzado a impactar en los servicios.
Cuando nos preguntamos por el malestar de nuestros jóvenes, no podemos olvidar que los jóvenes menores de 25 años han perdido 102.000. puestos de trabajo a lo largo de la crisis, es decir, casi el 40% de sus empleos. Tan sólo los jóvenes menores de 25 años, representan el 48% de todo el empleo perdido en Madrid durante la crisis. La tasa de ocupación de los jóvenes es ridícula. Tres de cada cuatro se encuentran excluidos del mercado de trabajo, condenados a una no–expectativa de vida y futuro, sin olvidar las repercusiones sobre sus derechos sociales futuros.
La economía madrileña sigue contrayéndose y es incapaz de crear empleo, otra muestra de la inutilidad de una reforma laboral impuesta, que motivó la Huelga General del 29-S y de las medidas de recorte y ajuste duro que lejos de alentar la inversión y la actividad económica generadora de empleo, nos han hundido aún más en la miseria de la crisis.
La crisis comenzó llevándose por delante el empleo temporal y precario, pero su prolongación está conduciendo a la destrucción del empleo fijo, el que sostiene de forma estable a muchas familias madrileñas. Hemos perdido, tan sólo en el primer trimestre de 2011, 93.000. empleos indefinidos, mientras que los empleos temporales han crecido en más 51.000. Otra muestra de que la Reforma Laboral ha jugado a favor de la precarización del empleo y la mayor temporalidad del mismo.
Queda patente que la Reforma Laboral, las políticas de recorte del gasto público, la amortización de puestos de trabajo en las administraciones públicas, la falta de inversiones públicas y la privatización de los servicios públicos, junto a la ausencia de políticas de empleo y de ayuda a las personas desempleadas y sus familias han contribuido a empeorar las condiciones de trabajo, tanto en el sector privado como en el público y ha endurecido las condiciones de vida de buena parte de la ciudadanía madrileña.
Ante esta situación, no basta plantear que Madrid está mejor que otras Comunidades Autónomas. No se puede brindar con champán en el camarote de los hermanos Marx, cuando el barco se hunde. La autocomplacencia en el triunfo electoral no es solución alguna. Redoblar los recortes y ajustes tampoco lo es. Pretender mantener beneficios a costa de explotar más a los trabajadores no soluciona nada.
A estas alturas todos sabemos que la productividad y la competitividad no tienen que ver con destrozar los convenios colectivos, o acabar con el contrato fijo, facilitando y abaratando el despido. Competir y ser productivos es aprender de países como Alemania, incrementando la inversión y apostando por la cualificación y formación. Eso es lo que nos ayudará a salir de la crisis y no todo lo contrario.
El nuevo Gobierno Regional debería acometer el reto de sumar esfuerzos políticos y reunir el Consejo de Madrid con empresarios y sindicatos para abordar un Plan de Choque contra la crisis y contra el paro. Vamos a tiempos muy duros. No podemos instalarnos en el paro y la desprotección social. La crisis financiera es ya crisis laboral y, cada día más, crisis social. Que podamos salir de ella sin fracturar la sociedad madrileña, depende de quienes van a gobernar Madrid, de su voluntad de acuerdo con la oposición política, con los empresarios y sindicatos, restableciendo la confianza de la sociedad en sus gobiernos y en la capacidad de la política de responder a nuestros problemas. El primero el del empleo y el paro en la Región.
Francisco Javier López Martín