No se pueden entender estas elecciones generales sin entrar de lleno en la crisis económica y social que padecemos desde hace casi cuatro años.
Es cierto que la crisis es global, pero no es menos cierto que en España esa crisis ha encontrado un terreno abonado. Durante la última década y media hemos crecido económicamente sobre el sector inmobiliario y el alto consumo de familias y empresas, a base de un endeudamiento generalizado. Un crecimiento económico que creó mucho empleo, pero temporal y precario, que se ha destruido con tanta facilidad como se creó.
Embarcado en el proceso electoral de 2008, el Gobierno socialista, se empeñó en negar la evidencia del desencadenamiento de la crisis. Luego, en un primer momento, se dedicaron a frenar los efectos de la crisis sobre el empleo y la actividad económica, pero ante el acoso de los especuladores internacionales, en Mayo de 2010, se inicia un camino de ajustes y recortes en derechos laborales, salarios de empleados públicos, congelación de las pensiones, inversiones públicas, la negociación colectiva, que lejos de frenar los efectos de la crisis, la han agudizado.
La endeble construcción política, económica y social de la Unión Europea, ha impedido cortar el fuego que se extiende de Irlanda a Portugal, Grecia, España, o Italia, amenazando ya a países como Austria, Francia, o Bélgica. La unión monetaria no es suficiente para frenar el acoso de los especuladores financieros internacionales y sus agencias de calificación. Ponen en duda la confianza en la deuda pública de los países, pero no tienen empacho alguno en comprarla a mansalva siempre que se cobren un alto interés.
CCOO entendemos que, ante una crisis como la que padecemos, lo primero son las personas, su empleo y sus condiciones de vida. Por eso hemos propuesto un Pacto por el Empleo que contenga la sangría de puestos de trabajo y que proteja a los trabajadores en paro. Un acuerdo por el empleo que debería incorporar elementos de control de precios de bienes, productos y servicios básicos, reformando nuestro sistema fiscal injusto y un sistema financiero que niega créditos a familias y empresas. Que afronte problema como la vivienda o el empleo de nuestros jóvenes.
No es posible acometer estos retos sin transformar las instituciones europeas, para defender mejor a los países y su ciudadanía. No es posible sin una regeneración democrática que sitúe a las personas en el centro de las políticas.
Hoy es día de reflexión. No es día para pedir el voto a unas y otras fuerzas políticas. Han hablado los partidos. Han hablado las encuestas. Hemos escuchado propuestas y contrapropuestas, propuestas vagas y vaguedades. Conocemos la trayectoria de cada partido en la oposición, o en el Gobierno, allí donde gobiernan.
Seguirán los tiempos duros y ningún gobierno lo va a tener fácil. Aún menos los ciudadanos y ciudadanas. Gane quien gane estas elecciones. Pierda quien pierda, va a ser necesaria mucha voluntad de sumar voluntades y poner en acuerdo muchos intereses divergentes, o cuando menos, distintos. Gane quien gane, gobierne quien gobierne, debe saber que, si así lo hacen, contarán con la misma voluntad de las CCOO, tan sólo con una condición. Los sacrificios para superar esta crisis deben ser compartidos, situando el empleo y a las personas en el centro de las política.
En CCOO hay votantes de casi todos los partidos. De unos más que de otros, pero plurales en las opciones políticas. Sin embargo, somos unánimes en la defensa de los valores e intereses de los trabajadores y los gobiernos lo saben. Somos leales en el diálogo y la negociación. Somos duros y firmes en la movilización frente a la imposición.
Somos así, independientemente del color político de los gobiernos, y lo seguiremos siendo.
El 20N nos levantaremos para acudir a votar. El 21N nos levantaremos para ir a trabajar o a la cola del paro. Nuestros enfermos irán al médico. Nuestros hijos al colegio. Cambiarán los gobiernos pero nosotros seguiremos en nuestro trabajo colectivo, por una vida digna y un trabajo decente. Nosotros les elegimos. Ellos eligen si caminan delante, detrás, junto a nosotros. Ellos eligen si se ponen al frente o enfrente.
Pero eso será el 21. Mañana, día 20, nosotros votamos, nosotros decidimos. Por el empleo, contra la crisis, contra el paro.
Francisco Javier López Martín