LA ENSEÑANZA EN LUCHA Y ESPERANZA NO ESCUCHA.


El 4 de Julio, como todos sabemos bien, aunque no sepamos inglés, se celebra en Estados Unidos el Día de la Independencia.

Ese mismo día, en plenas vacaciones escolares, la Consejería de Educación madrileña dictaba las instrucciones de inicio de curso.

Desde ese momento la enseñanza madrileña, ha vivido un verano caliente, el inicio de una peculiar guerra de la Independencia, contra aquellos que, aprovechando la crisis, entregan la dignidad de nuestras vidas a las exigencias de los mercados invasores.

Los intentos de Esperanza Aguirre en persona, como de su Consejera Lucía Figar, de explicar que los profesores trabajan muy poco y que se equivocan movilizándose por dos horas más de clase, no han tenido éxito ni entre el profesorado, ni entre las familias, ni entre el alumnado.

El problema real no son las horas de clase, sino la pérdida del 15 por ciento de los empleos en la enseñanza secundaria obligatoria madrileña. Un instituto de tipo medio perderá entre 10 y 12 profesores este año. Un total de 3.200 profesores perderán su puesto de trabajo. Un recorte que vive a sumarse a los más de 2.000 profesores recortados en el curso pasado.

Con menos profesores en la enseñanza madrileña la calidad de la educación se debilita. No podrá haber desdobles de aulas en materias esenciales como Lengua o Matemáticas. Desaparecerán los grupos reducidos de inglés. Se reducirá el número de asignaturas optativas. Las bibliotecas o laboratorios dejarán de funcionar. En algunos centros los alumnos se situarán en cerca de 40 por aula.

La orientación escolar, las tutorías, la atención a los alumnos con problemas de aprendizaje se resienten, debilitan, dificultan.

El problema no lo viven sólo los Institutos, también la Formación Profesional, las Escuelas Oficiales de Idiomas, las Artes Plásticas y Diseño, sufren inmediatamente este recorte. Unos problemas que ya se vienen produciendo en los ciclos de Educación Infantil y Primaria.

Los profesores madrileños de Enseñanzas Medias, viven tres días de huelga para exigir que el Gobierno de Esperanza Aguirre dé marcha atrás en las instituciones de inicio de curso y apueste por la calidad de la enseñanza madrileña en un momento en el que aumentan las familias que deciden llevar a sus hijos a la enseñanza pública y no parece lo más adecuado prescindir de miles de profesores que han venido trabajando en cursos anteriores, muchos de los cuales han aprobado las oposiciones y son la cantera de profesionales de nuestra enseñanza en el futuro.

Esperanza Aguirre no puede seguir enfrascada en maniobras de distracción y descrédito del profesorado, buscando debates trampa en torno a temas como la gratuidad de la enseñanza. Es nuestra Presidenta y no una hooligan de Mouriño.

La Presidenta debe reflexionar, sentarse y negociar, dejando ideologías aparte y apostando por el empleo y la calidad de la enseñanza madrileña.

Esta no es la huelga de un sindicato, un partido, ni de los de la Ceja. Es la huelga del profesorado. De todas sus organizaciones sindicales. Es una huelga en la que participan decenas de miles de profesores, con el apoyo de cientos de miles de familias, padres y madres. Son gentes que juzgan las políticas pero que no son partidarias. Unidos en torno a un objetivo común. “Esperanza, escucha, la enseñanza está en lucha”.

Francisco Javier López Martín
Secretario General de CCOO de Madrid

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