En esa carrera de la excelencia que mantiene Madrid, la misma que nos conduce a los últimos puestos en aplicación de la Ley de Dependencia, en inversiones por alumno, o en gasto sanitario por paciente, el Gobierno Regional puede presumir de los datos de paro en Madrid. Nos situamos a la cabeza del crecimiento del desempleo con más de 10.200 parados más y alcanzamos cifras históricas de desempleo, con más de 485.000 personas apuntadas como demandantes de empleo, en Septiembre.
Puede presumir también de políticas de igualdad. Hay muchas menos mujeres trabajadoras que hombres y, sin embargo el dato de mujeres paradas (251.319) es superior al de los hombres (233.887).
Además el paro crece imparable. 3.081 mujeres más, 7.128 hombres más. 2.062 inmigrantes más. 63 más en la ya inexistente agricultura, 697 más en la industria, 1.546 más en la construcción, 6.288 más en los servicios. 1.615 más buscando el primer empleo.
La famosa reforma laboral que precarizó más el empleo, que facilitó y abarató el despido, que nos llevó a la Huelga General del 29-S. La reforma de la negociación colectiva. De nada han servido, sino todo lo contrario. Más paro y menos contrataciones.
Sin embargo Esperanza Aguirre y su consejera de las FAES, Lucía figar, siguen jugando al golf y despidiendo profesores, respectivamente. Siguen pidiendo, no podrán creerlo, más reformas laborales. Hacer un contrato no depende del tipo de contrato que tengas a mano, sino de la actividad económica existente y ésta tiende a cero, sin que nadie la anime.
Eliminar el Servicio Público de Empleo no es más que un nuevo error de bulto para el empleo, aunque una fuente de negocio para las empresas privadas de colocación y las ETTs.
Mientras juegan a la excelencia golfera o golfística, o se marean en la marea verde de la enseñanza, 200.000 personas paradas carecen de todo tipo de prestación o ayuda por desempleo.
El conflicto sin solución se enquista, se embalsa y se desborda. Un gobernante es un servidor público, elegido para administrar lo de todos y solucionar problemas dialogando con la sociedad.
Eso significa sentarse con tiempo, hablar, escuchar, dialogar, negociar, acordar, sobre aquello que hoy obsesiona a los madrileños: Mantener su empleo, protección si estás parado y que no se rompa la sociedad, porque la educación, la sanidad y los servicios sociales, nos protegen de lo peor de la crisis. Los niños y jóvenes, los mayores, los enfermos, los parados, no pueden ser las víctimas de esta crisis.
Señora Aguirre, reflexione y dialogue. Es su obligación y lo mejor para todos. No se obceque. Para ser excelentes, nos falta mucho por andar y deberíamos andarlo codo con codo.
Francisco Javier López Martín