MADRID, UN MODELO DE NEGOCIO SANITARIO DISPERSO.

Madrid gasta un 3,6 por ciento de su Producto Interior Bruto en Sanidad mientras que la media autonómica se sitúa en el 5,5 por ciento. Madrid gasta en sanidad 1.115 euros por habitante, mientras la media de las Comunidades Autónomas alcanza los 1.400 euros.

El gasto no es el único criterio de calidad, pero es un criterio importante. Por eso analizar el gasto sanitario permite ver hacia donde va nuestro sistema sanitario. Para el año 2011 el gasto en personal caerá un 4,4 por ciento. Quiere decir que se bajarán los salarios, pero también que habrá menos personal en la sanidad pública.

Se prevé menos gasto farmacéutico, lo cual es positivo si significa que se controlará mejor a las grandes multinacionales farmacéuticas, incrementando el consumo de medicamentos genéricos, con sistema de precios y consumo de referencia.

Sin embargo es muy negativo que la disminución de las inversiones públicas se haya reducido en un 71 por ciento desde 2001. Buena muestra de la apuesta por un modelo de inversiones basado en la Iniciativa de Financiación Privada (PFi) o en las Concesiones Administrativas.

De esa forma se han construido 8 hospitales que hubieran costado 700 millones de euros si se hubieran construido de forma directa por parte de la Comunidad de Madrid, mientras que aplazando el pago a las constructoras a 30 años, estos mismos hospitales nos costarán más de 5.000 millones de euros. Siete veces más.

Simplemente cabe recordar que 700 millones de euros son e 22 por ciento de las rebajas fiscales previstas por Esperanza Aguirre en 2011, unos 3.000 millones de euros, destinados esencialmente a las rentas más altas. El hecho es que los nuevos hospitales nos constarán siete veces más a los contribuyentes.

Si a al deuda de la Comunidad le añadiésemos estos 5.000 millones de euros que hemos comprometido con el sector privado, nuestro endeudamiento real sería bastante superior al que las cuentas regionales presentan.

Para el año 2011 se producen las Concesiones Administrativas de tres nuevos hospitales privados (Móstoles, Villalba y Torrejón) a tres grupos que intentan posicionarse en la sanidad madrileña: Capio, FCC y Ribera Salud. La diferencia con respecto al modelo PFI es que en este caso toda la gestión será privada, incluidos los servicios sanitarios.

Aguirre ha convertido Madrid en un campo de experimentación orientado hacia la privatización de la sanidad pública y de muy difícil gestión, ante la dispersión de los modelos en marcha: Sanidad pública de gestión directa, fundaciones, empresas públicas, PFi, Concesión Administrativa, Conciertos Sanitarios, etc.

Madrid carece de una estrategia de sostenimiento del servicio público sanitario y cuenta con demasiadas apetencias de negocio, más caras y de menor calida. Lo peor es que lo pagaremos en años venideros, nosotros y nuestros hijos. Los sindicatos hemos reclamado un Pacto Sanitario, de forma continua e insistente, sin resultado alguno. Lo seguiremos haciendo, como seguiremos movilizándonos por el derecho a una sanidad universal, gratuita y pública.

Francisco Javier López Martín

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