Más de tres años ya de crisis económica, con un último año marcado por agresiones permanentes del Gobierno Zapatero, que se ha ido plegando a las exigencias de la derecha europea y la ultraderecha española. Las políticas de austeridad de Febrero de 2010 fueron sólo el tímido anuncio del Plan de Ajuste de Mayo, con retroceso de inversiones públicas, rebajas de los salarios de empleados públicos, rebajas de los salarios de empleados públicos, rebajas de los salarios de empleados públicos, congelación de las pensiones, recortes de derechos como el de dependencia, acogotamiento de los Ayuntamientos.
Entendieron que, aún así, era poco y entraron a la Reforma Laboral para abaratar y facilitar despidos. Provocaron así la Huelga General del 20 de Septiembre. Cambiaron al Gobierno, echaron al Ministro de Trabajo y pusieron otro. Pero no cambiaron las políticas. Es más, el 3 de Diciembre anunciaron privatizaciones en Aeropuertos, en Loterías Nacionales. Acabando con la ayuda a los parados, sin ningún tipo de prestación o subsidio. Y junto a estos recortes, en el mismo paquete, sin vergüenzas, ni pudor alguno, nuevas rebajas fiscales a los empresarios.
Pero se acercan tiempos de elecciones y el área electoral se impone sobre el área económica, del Gobierno, forzando una negociación, a lo largo del mes de Enero, sobre políticas de empleo y pensiones. El resultado es un Acuerdo Social y Económico, que restituye ayudas para las personas paradas sin prestación y que abre un paréntesis que aparta el futuro de las pensiones del debate político y lo aleja de las ambiciones y ansias privatizadoras de bancos, inversores y aseguradoras.
Más de tres años de crisis y vamos a otros tantos en crisis. Los sindicatos de clase, CCOO, somos la defensa más firme de los trabajadores y trabajadoras.
Vamos a recoger las firmas necesarias para que Parlamento debata nuestra Iniciativa Legislativa Popular para corregir la Reforma Laboral.
Vamos a seguir alentando un Acuerdo sobre Reforma de la Negociación Colectiva con los empresarios para solucionar problemas como el Gobierno compartido de la flexibilidad dentro de las empresas. Cómo mantener las condiciones esenciales del Convenio Colectivo cuando acaba su vigencia. Cómo reforzar el deber de negociar que tienen ambas partes. Cómo articular la negociación en ámbitos sectoriales, territoriales o empresariales. Cómo se legitiman las partes empresarial y sindical en la negociación. Cómo se actualiza un mapa de convenios colectivos, desatendido y abandonado.
Son retos importantes. Porque el debate no está entre acabar con la negociación colectiva, tal como le gustaría a Esperanza Aguirre y sus manadas ultraliberales, o mantener la situación actual. Mantener la dispersión de la negociación sin articularla, no es bueno. Asalvajar la negociación, acabando con los convenios e individualizando las relaciones laborales, sólo sembraría un campo de minas de conflictos.
En consecuencia, no sería malo que alcanzásemos, cuanto antes, un Acuerdo que ordene y fortalezca la Negociación Colectiva, con los empresarios y sin interferencias de los ministros económicos, ni los que dirigen las finanzas nacionales.
No sería malo que Elena Salgado respetase y no destrozase la Negociación Colectiva de los Empleados Públicos, o que Esperanza Aguirre desbloquee elConvenio Colectivo con sus Empleados Públicos que lleva parado desde 2007. Menudo ejemplo que ambas señoras dan a los empresarios, de interés nulo en ordenar bien las relaciones laborales en el país. Uno de los elementos sin embargo, más cuidados en países como Alemania que basan en el buen ordenamiento de sus relaciones laborales y su Negociación Colectiva la competitividad y estabilidad de sus empresas.
Harían bien gentes, como Esperanza Aguirre, en dar ejemplo y mandar señales claras al empresariado, desbloqueando y negociando un convenio y un Acuerdo de Empleados Públicos paralizados desde 2007. Es de justicia.
Francisco Javier López Martín