SALUD LABORAL EN TIEMPOS DE CRISIS. LA VIDA EN JUEGO


La actividad económica ha caído de forma muy importante en nuestro país. El paro en nuestra Comunidad se ha situado ya en más de 565.000 personas, cuando antes de la crisis el número de parados era de 209.000 personas en la Región. Cae la actividad económica. Cae el empleo. Sin embargo el número de accidentes laborales se reduce mucho menos.

A lo largo de 2010 se produjeron en Madrid 103.757 accidentes laborales, frente a 111.029 en 2009. Se ha producido, por lo tanto un 6,5 por ciento menos de accidentes laborales. Sin embargo, cuando nos detenemos en las muertes por accidente, comprobamos que se produjeron 92 muertes en 2010, frente a los 95 de 2009.

Cuando uno de los mayores golpes de la crisis se ha producido en el sector de la Construcción, esta situación no se corresponde con el número de accidentes mortales en el sector. En 2010 han fallecido en la construcción 19 trabajadores, cuatro más que en 2009, cuando el número de muertes por accidente en la construcción fue de 15.

La crisis se lleva por delante empresas y empleos. Algunas obligaciones empresariales, como velar por la salud y la seguridad de los trabajadores, pasan a sufrir los recortes del gasto empresarial, y se sitúan en segundo o tercer plano.

Reforzar los instrumentos para combatir la siniestralidad laboral es hoy, en plena crisis económica, más esencial aún. Fortalecer la Inspección de Trabajo, o el Instituto Regional de Salud y Seguridad en el trabajo. Fortalecer las actividades preventivas pactadas en el Plan Director de Prevención de Riesgos Laborales. Alentar la cooperación entre las instituciones para combatir los accidentes.

Cuando la crisis sigue golpeando al país y a nuestra Comunidad, no podemos permitir que, además del empleo, se lleve por delante las condiciones de trabajo, provocando un aumento real de la tasa de siniestralidad. Perder la vida es algo irreparable. Sufrir accidentes laborales graves puede producir daños también irreparables. Contraer enfermedades profesionales, condiciona de por vida a un número desconocido de personas, si tomamos en cuenta la declaración de enfermedad profesional no se produce en la mayoría de los casos.

La crisis será larga y dura, pero este país no puede tolerar retrocesos de muchos años en defensa de la salud y la seguridad en el trabajo. Madrid, la capital de España, tampoco puede faltar a la cita con este reto. Es la vida lo que está en juego.

Francisco Javier López Martín

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