UN MADRID SIN ESPERANZA

 


Madrid ha pasado de un 10,15 por ciento de  paro en 2008 a un 15,75 por ciento en 2010.  Como todo lo que puede empeorar termina empeorando si nadie lo remedia, estos datos pueden empeorar en los próximos meses, a lo largo de 2011.

La política de Esperanza Aguirre, tiene como principio, que cada uno resuelva su papeleta individualmente.  Pese a lo cual,  la deuda madrileña es una de las más altas de España, tras Cataluña.  En tiempos de crisis los recortes y ajustes de gasto pasan por un recorte espectacular de la inversión pública.  Al tiempo IMADE, la Agencia Financiera o Promomadrid, son eliminadas del mapa, como instrumentos económicos contra la crisis.

Menos inversión, menos instrumentos públicos, más privatizaciones.  La enseñanza privada, la sanidad privada, el Canal de Isabel II y, si pudiera, Telemadrid.

Estas políticas, sumadas a las rebajas fiscales que suponen que el 2 por ciento más rico de la población se ha ahorrado más de 9.500 euros al año, consiguen bloquear cualquier posibilidad de poner en marcha políticas públicas contra la crisis.

Esperanza Aguirre abandona a los madrileños a su suerte ante la crisis.  Altos niveles de paro, ínfimos niveles de protección a las personas paradas, renuncia a recaudar recursos  públicos de forma equilibrada y justa con una política fiscal más sensata, deterioro de gasto público, la inversión y las políticas sociales.  Sin embargo aumenta el endeudamiento porque se privatiza la gestión  de servicios públicos esenciales, lo cual sale siempre más caro, incrementando el endeudamiento.

Lo vemos en el crecimiento del dinero que va a conciertos educativos, a sanidad privada, o a nuevos hospitales entregados a gestión privada.  Los alumnos de la enseñanza pública crecen, pero reciben menos dinero.  Los hospitales mixtos y privados cuestan más caros, pero su beneficio está asegurado, haya o no crisis.

Se construyen autovías, o Metro, pero con sistemas que difieren el pago de los costes y beneficios al sector privado.  La Ley de Dependencia es un desastre en Madrid figuramos a la cola de España en su aplicación.

En definitiva, en Madrid no hay política regional contra la crisis.  La política se ha convertido exclusivamente en un club de intereses económicos privados que viven de las arcas públicas, del dinero de todos, mientras la sociedad, la ciudadanía y los trabajadores somos abandonados a nuestra suerte.  Condenados al silencio, eliminando todo vestigio de participación de la sociedad, a través de organismos como el Consejo de la Mujer, de la Juventud, de la Economía Social y hasta 100.

Eso sí, los gastos en publicidad y propaganda han aumentado hasta 800 millones de euros desde el año 2003.  Al tiempo que se convierte a la Comunidad de Madrid en una Empresa de Colocación para más de 3.500 cargos y altos cargos de libre designación a dedo en la Administración Regional, sus entes (como Telemadrid), organismos y empresas públicas (como el Canal de Isabel II).

Madrid es cada vez menos una Comunidad Autónoma, Capital del Estado, para convertirse en un paraíso fiscal, una isla de la Tortuga, donde piratas, bucaneros y corsarios encuentran magnífica acogida.  Una lástima, pero cierto.

Francisco Javier López Martín

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