A las vidas ausentes de nuestros árboles

Se encuentra a punto de publicar el libro que recoge los relatos y poemas presentados en el II Certamen Gloria Fuertes y el Mundo de los Arboles. 319 participantes llegados de todo el mundo. Un certamen convocado por la Asociación Moral y Acción Verde para defender y recordar las moreras taladas a mansalva por el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria y que dan nombre a ese hermoso lugar llamado La Cala del Moral.

La mitad de los trabajos han venido de España, pero otros muchos han llegado desde países latinoamericanos como México, Argentina, Colombia, Cuba, Venezuela, Uruguay, Brasil, Chile, Perú, o Ecuador. Pero tampoco han faltado los relatos y poemas venidos de Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Camboya, Irlanda y otros muchos lugares del planeta.

Gracias a este certamen muchas personas han conocido el extraño caso del alcalde de Rincón de la Victoria, ese moderno Dr. Jekyll y  Mr. Hyde, convertido en destructor de la naturaleza, al tiempo que es premiado electoralmente con más votos y una cómoda mayoría absoluta.

Ese alcalde es paradigma de esta España que amenaza con entregarse en bazos de la ultraderecha y la derecha ultramontana que perdió el Norte a manos de Aznar y de algunas de sus secuaces territoriales, como la madre de todas las ranas de la corrupción que gobernó Madrid.

Aquel alcalde rinconero arrancó moreras para plantar palmeras foráneas en nuevos e inmensos espacios asfaltados de forma premeditada, alevosa, pendenciera y antinatural. Hoy ese personaje ha sido premiado con un nuevo mandato municipal y con la Presidencia de la Diputación de Málaga. Ni los tribunales, ni su partido acostumbrado a tapar la corrupción a cualquier precio, harán nada para corregir el entuerto. Viva la depravación y el libertinaje. Viva la justicia lenta, concebida para robagallinas, que todo lo soporta.

Son cosas bien vistas en la derecha. Aquí, en Madrid, no faltan los ejemplos de proyectos como la ampliación de la línea 11 de Metro en los que nuestros políticos, con mayoría absoluta que prefieren talar centenares de árboles antes que afectar en manera alguna al tráfico de los coches. La ciudadanía de la calle Áncora anda revuelta y movilizada contra estas talas indiscriminadas.

Proyectos como construir un macroparking junto al Retiro, debajo de un hospital para colapsar la capital y facilitar la entrada en vehículo privado hasta el centro de la ciudad. Muy propio de la presidenta del libertinaje y del alcalde bienmandao, siempre al servicio de los poderosos, que hasta se permiten darle collejas ante las cámaras.

He visto balcones en la ciudad de Valencia denunciando la prevista tala de árboles en una plaza de aquella capital para construir imaginativos, inútiles y absurdos equipamientos que bien podrían tener cualquier otra ubicación que no supusiera arrancar los pocos árboles disponibles en las calles estrechas del barrio del Carmen.

Un puñado de mujeres en La Cala del Moral (Málaga), a la manera en que lo hicieron antaño las Madres de la Plaza de Mayo, ha decidido marchar por la senda de la cultura para defender sus pequeños recursos naturales, sus moreras. En esta ocasión el tema elegido para su certamen literario es “el árbol ausente”. Como las de la famosa Plaza de Mayo son aplaudidas y reconocidas en otros lugares, mientras que son vilipendiadas en su propia tierra.

Las alumnas y alumnos de los colegios, la gente joven, mujeres mayores y muchas personas sensatas, en muchos rincones del planeta, han decidido poner por escrito sus hermosos relatos, sus poemas, que ahora verán la luz en su versión digital.

Los políticos que han tomado esas decisiones de acabar con la vida de los árboles serán premiados en el corto plazo, pero su gloria será efímera, como lo es siempre la de algunos casposos escritores y otros tantos rampantes y ripiosos poetas.

Quien hoy reniega, niega, condena y ejecuta cualquier vida, cualquier forma de vida natural, merecerá el desprecio en vida y el olvido tras el momento de su desaparición. Se gana a pulso que su nombre se olvide de nuestras memorias para siempre.

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