Algún medio de comunicación se ha hecho eco de un estudio sobre vulnerabilidad en los distritos y barrios de Madrid, elaborado por las universidades Carlos III y Complutense para el anterior equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid. El Informe estaba destinado a determinar qué barrios debían ser perceptores de más fondos municipales destinados al reequilibrio territorial y nació con vocación de actualizarse anualmente.
El Indice de Vulnerabilidad no hace sólo referencia a las rentas personales o familiares, sino a otros muchos factores que tienen que ver con el empleo, las condiciones de la vivienda, los niveles educativos, hábitos culturales, el abandono educativo temprano, los hábitos de salud, las enfermedades, o la esperanza de vida. La existencia de espacios verdes, instalaciones deportivas o culturales, molestias por ruidos, botellones, delincuencia y otros muchos indicadores como los perceptores de ayudas sociales, renta mínima, pensiones.
Los datos del estudio publicado en la página del Ayuntamiento aparecen desagregados barrio a barrio y vienen a confirmar que vivimos en un Madrid cada vez más desequilibrado, fracturado, segmentado. Es de agradecer que para hablar de pobreza, marginación, vulnerabilidad, no se tomen en cuenta exclusivamente factores económicos y monetarios. Existen lugares que, no siendo los más pobres económicamente, reúnen todas las condiciones para encabezar el ranking de vulnerabilidad. Es el caso de barrios como San Diego, en Vallecas, aunque en general la mayor pobreza económica viene acompañada de mayor vulnerabilidad, como ocurre en el caso de San Cristobal o de Villaverde Alto.
El Madrid que dibuja el estudio no está partido en dos entre el Norte y el Sur, sino más bien por una raya que separa el Noroeste, del Sureste, bordeando la capital por debajo de la M-30. Así, los barrios de los Distritos de Latina, Carabanchel, Villaverde, Usera, Vallecas, San Blas, Hortaleza o Vicálvaro, se encuentran entre los más vulnerables. En general, con algunas excepciones, los barrios situados al Noroeste se encuentran en la media, o por encima de ella.
Una de esas excepciones la encontramos en barrios como Bellas Vistas, Berruguete, Valdeacederas, o Almenara. Situados en las proximidades de Cuatro Caminos, aparecen como islas de vulnerabilidad en el Distrito de Tetuán. Una situación que viene al pelo para impulsar operaciones como las de Chamartín, o el Paseo de la Dirección, que actúen como tenazas para expulsar a la población más vulnerable y atraer a población mejor situada económicamente.
Algo tendrán que ver con ello los aumentos de las casas de apuestas, o el abandono de inversiones, que denuncian sistemáticamente los vecinos de la zona y sus asociaciones ciudadanas. Algo tendrán que ver los anuncios de nuevas promociones de viviendas de lujo en las inmediaciones. Los pelotazos urbanísticos siempre han sido el primer motor económico de Madrid, desgraciadamente.
La política sólo tiene sentido si hace posible que la libertad de unos pocos no impere sobre la libertad de todas y todos y si contribuye a asegurar la igualdad en el acceso a los derechos fundamentales de cada persona. Me refiero a la seguridad, la salud, la educación, la vivienda, las pensiones, la atención a la dependencia, los servicios sociales, la cultura, la justicia, o el transporte público. Son esas pequeñas cosas las que nos hacen seguir pensando que la política merece la pena porque nos hace libres e iguales.
Es el reto de todos nuestros políticos y políticas. También el combate que deben librar en el ayuntamiento de Madrid, pertenezcan al partido que pertenezcan.