Celebramos hoy el día del libro, esa especie en extinción que sigue gozando de buena salud. Es cierto que aparecen nuevos soportes para la lectura que permiten cargar con bibliotecas enteras en una pequeña tableta, pero ello no hace sino realzar el valor de la obra literaria.
Sin embargo no quería dedicar este Día del Libro a reflexionar sobre soportes, por más que en muchas ocasiones el medio es el mensaje en sí. La Comunidad de Madrid ha lanzado un concurso en Facebook que consiste en identificar, en la foto original del record de lectores en Metro, a tres escritores españoles que acudieron a la Estación de Príncipe Pío. El premio consiste en un libro firmado por los autores.
Al leer esta noticia no pude más que formularme la misma pregunta: ¿Dónde están los escritores?. Dónde están los escritores que dejarán constancia de este tiempo convulso de individualidades que en su fuga hacia la nada provocan choques que desencadenan energías desconocidas.
Individualidades que mantenemos invariables las mismas virtudes, los mismos vicios, las mismas ansías que han marcado al ser humano desde tiempo inmemorial. Individualidades que nacen y mueren de la misma manera. Que merecen que alguien cuente su vida, su entorno, sus formas de morir a renacer cada día.
Dónde están los Zolas, los Valle Inclán, los Pérez Galdós, que cuenten nuestro germinal, que nos adentren en nuestro callejón del Gato, que nos expliquen nuestra Electra. Nuestra vida ha cambiado mucho, nuestra Historia no tanto. Oscura la historia y clara la pena, en palabras de Machado.
Dónde están los escritores que nos reflejan en su espejo. Que carguen consigo nuestra oscura historia y nuestras penas. Los hay sin duda, pero hay que descubrirlos, con paciencia y un poquito de tiempo cada día. Merece la pena. El soporte, el dónde, el cuándo y el cómo, al gusto de cada uno.
Francisco Javier López Martín