Hablar de nuevas maneras de buscar empleo en un país en el que la tarea de encontrar un trabajo es algo abordado de forma particular, privada y que cada uno resuelve como puede, suena raro, pero no viene mal que tomemos nota de cosas que están pasando en nuestro mundo (eso que algunos llaman entorno europeo) y de las que algo podemos aprender.
Existen lugares en los que quienes están acostumbrados a los videojuegos pueden encontrar simulaciones y juegos de rol que detectan las capacidades personales para aprender, comunicarse, adaptarse a nuevos entornos, actividades que pueden permitir completar tu portafolio profesional de habilidades, competencias, o detección de necesidades formativas. Una práctica que comienza a conocerse como edutainment, algo así como entretenimiento educativo, combinación de dos palabras (education y entertainment).
Son experiencias novedosas, no demasiado extendidas, pero que comienzan a estar presentes en determinados países, especialmente al servicio de las necesidades de empleo de los jóvenes. Cuando los expertos en empleo, los responsables políticos, los empresarios y sindicatos, junto a las personas desempleadas y los desarrolladores y diseñadores de videojuegos trabajan juntos aparecen experiencias novedosas que ayudan a las personas a trazar objetivos de empleo en función de sus capacidades, sus necesidades de aprender y adaptarse a las realidades cambiantes del empleo.
Desde el punto de vista del empleo somos el resultado de intereses, actitudes personales y aptitudes profesionales que interactúan con nuestro entorno más inmediato. De ahí la importancia de que en nuestros entornos locales desarrollemos las herramientas necesarias para ayudar a las personas a encontrar un empleo y para facilitar a las empresas la gestión más adecuada de las capacidades de su personal.
El COVID19 ha venido a poner de relieve la necesidad de aprender a utilizar las nuevas tecnologías en la búsqueda de empleo, o en la formación online. Desde esta perspectiva es cada vez más importante establecer mecanismos institucionales que permitan convalidar la formación adquirida en el sistema educativo (a través de mecanismos formales), con el aprendizaje adquirido fuera del sistema educativo, utilizando redes formativas informales. Sistemas de convalidación de la formación y de la experiencia cada vez más desarrollados en países tan distintos como Polonia, Bélgica, Holanda, o Francia.
En España estos mecanismos han comenzado a explorarse, pero la realidad es que la convalidación de la formación formal e informal y de la experiencia profesional presenta resultados muy distintos en las diferentes comunidades autónomas, sin que estas carencias sean suplidas a nivel estatal, tal como facilita la regulación general.
Cuando los organismos responsables del empleo ayudan a las personas a confeccionar su portafolio profesional con sus datos de formación y experiencia y lo conecta con plataformas que pueden ser utilizadas por quienes ofertan empleos, con el apoyo de profesionales de la formación y el empleo, los resultados suelen ser muy positivos.
Sin ánimo de centralismo alguno, no estaría mal que las comunidades autónomas y el estado trabajasen juntos en la utilización de la digitalización y eso que llaman la minería de grandes datos (Data Mining), procedentes de diferentes fuentes de información y que pueden ser utilizados de forma sencilla por los usuarios, adaptables a cada necesidad personal, que permitirían encontrar oportunidades de empleo, detectar necesidades formativas personales, acceder libremente a toda la oferta disponible tanto en vacantes de puestos de trabajo, como en formación.
Este tipo de puntos de encuentro para el empleo a nivel estatal ya funcionan en algunos países como Gran Bretaña y permiten mejorar la confianza en los servicios de empleo, siempre que se cuiden la calidad de la información, de las fuentes utilizadas y del asesoramiento profesional disponible, lo cual no siempre es fácil.
Es cierto que utilizar los nuevos recursos tecnológicos al servicio del empleo y la formación no va a ser tarea fácil, especialmente en países como España en los que poco se ha hecho hasta ahora, pero el coronavirus y el desarrollo de la Inteligencia Artificial hacen inevitable y necesario que no perdamos ni un minuto en poner en marcha experiencias que nos permitan recuperar el tiempo perdido y hacer posible que quienes necesitan empleo lo tengan un poco más fácil para encontrarlo.