Escribo estas notas cuando quienes trabajamos nos encontramos en capilla a la espera de las noticias que nos depare el Consejo de Ministros sobre la tan traída y llevada Reforma Laboral. Esa reforma que el gobierno mismo reconoce que no creará empleo, pero que parece absolutamente imprescindible para algo, no se sabe bien qué. Uno de esos sacrificios en la cima de la pirámide para calmar la furia de los dioses europeos.
Escribo sobre la Declaración por el Empleo y el Diálogo Social que hemos firmado este pasado miércoles los empresarios y sindicatos madrileños. No es poca cosa sentar a Arturo Fernández, que pasa por ser el portavoz del sector más duro del empresariado español, y alcanzar con él un puñado de compromisos. No es poco que firmemos en un momento en el que ese sector duro de la patronal espera impaciente una decisión favorable a sus pretensiones tradicionales de contar con contratos de despido barato.
Esa misma patronal sabe que el principal problema no es si el despido es más o menos barato, sino las dificultades de acceso al crédito de las entidades financieras que mantienen cerrado el grifo.
Por eso uno de los contenidos de la declaración propone definir una estrategia de financiación que incluye la reclamación de reducir los plazos de pago por parte de las Administraciones. Igualmente la voluntad de centrar los esfuerzos en políticas que contribuyan a la reactivación económica en sectores como la industria, los servicios, o la innovación.
La Declaración apuesta por la negociación de un Pacto por el Empleo que dé respuesta al principal problema que lastra nuestra salida de la crisis, que no es otro que las altas tasas de paro que soportamos, que nos han llevado a superar las 623.000 personas paradas en Madrid. Las políticas de empleo y formación deben verse fortalecidas desde la cooperación entre administraciones, empresarios y sindicatos. Ambas partes nos comprometemos a reforzar estas políticas, mejorar la estabilidad y productividad del empleo, el seguimiento de la negociación colectiva y la evaluación del absentismo.
La prevención de los accidentes, abriendo las negociaciones del IV Plan Director de Prevención de Riesgos Laborales y la solución extrajudicial de los conflictos laborales, son otros dos aspectos recogidos en esta Declaración.
Como instrumentos para el desarrollo de este acuerdo creamos una Mesa Bipartita de Dialogo Social entre empresarios y sindicatos, al tiempo que planteamos que la Comunidad de Madrid impulse la concertación social a través del Consejo de Madrid para el Desarrollo, el Empleo y la Formación.
Estamos ante en acuerdo que traslada un mensaje a los gobernantes: la vía de la negociación y la búsqueda del acuerdo es la única que garantiza salidas justas y equilibradas a la crisis económica, de empleo y social que atravesamos.
Hoy veremos si el Gobierno de España ha entendido reforzamientos puesta por el reforzamiento del dialogo social, o se adentra en la selva de la imposición, que puede llevar a este país al desastre económico, a la descomposición política y a la fractura social.
Francisco Javier López Martin